La misteriosa escuela de gladiadores que forjó a los mejores guerreros de Hispania disputada por dos ciudades
Barcelona y Córdoba se disputan esta misteriosa escuela.
Ingenuus vivió una vida breve pero intensa, que lo llevó a recorrer gran parte del Imperio romano a principios de la era cristiana. Nació en algún lugar del centro de Europa, en lo que entonces se conocía como Germania, y se trasladó a Roma para formarse como gladiador en una de las escuelas más destacadas, el Ludus Gallicianus.
Allí superó las pruebas físicas y se formó como "essedarius", una clase de gladiador poco común que conducía un carro, aunque también es posible que luchara a pie, equipado con un casco, una espada y quizá lanzas. Ingenuus es el único gladiador con este tipo de armamento del que se tiene constancia en Hispania, donde luchó en Colonia Patricia Corduba.
No se sabe con certeza cómo, cuándo ni por qué llegó hasta Córdoba, pero debió de ser un gladiador estimado entre sus compañeros, ya que fueron ellos quienes costeaban los gastos de su entierro, algo que consta en una estela de piedra calcárea encontrada en la ciudad. Esta estela menciona sus victorias y su lugar de enterramiento, cerca del anfiteatro romano, que se encuentra bajo el Rectorado de la Universidad de Córdoba.
Ingenuus falleció a los 35 años, lo que hoy nos parecería una muerte temprana, pero para un gladiador era una edad avanzada, ya que solían vivir de media 27 años. Logró 12 victorias en la arena, y sus compañeros lo despidieron con una inscripción funeraria que aún hoy se emplea: «Sit tibi terra levis», «que la tierra te sea leve».
La escuela de gladiadores en Córdoba
De Ignatiuus solo conocemos lo que su lápida nos cuenta. No obstante, otras estelas similares hablan mucho sobre la relevancia de la Colonia Patricia. En Córdoba se han hallado al menos 15 inscripciones epigráficas que mencionan a 20 gladiadores, todas ellas estudiadas por los arqueólogos Juan Murillo y Desidero Vaquerizo en su informe para 'Monografías de arqueología cordobesa' (2010).
"Estas inscripciones representan cerca del 80 por ciento de las que se conocen en Hispania", afirman los autores. La abundancia de enterramientos de gladiadores sugiere que Colonia Patricia albergaba una escuela de gladiadores en la época imperial, la única conocida en la península. Estas academias eran muy escasas en el Imperio, y la mayoría estaban en Roma.
Se conoce la existencia de un "ludus hispanus" gracias a una inscripción descubierta en Barcino, la actual Barcelona, lo que hizo pensar que la escuela debía situarse en Tarraco, en lugar de en la Bética.
Sin embargo, Vaquerizo y Murillo sostienen que "el elevado número de inscripciones gladiatorias encontradas en Colonia Patricia Corduba respalda la hipótesis de que la escuela estaba en la capital bética o, en el mejor de los casos, en Italica". Estas inscripciones aparecieron a lo largo del siglo XX, y muchas de ellas están bien conservadas, pudiéndose admirar en el Museo Arqueológico de Córdoba.
Existen más pruebas que apoyan la idea de que Córdoba fue un centro de entrenamiento de gladiadores. Entre ellas, destaca el epitafio funerario de un hombre llamado Cursor, descrito como "doctor retiariorum", es decir, entrenador de gladiadores retiarios, luchadores que combatían con armaduras ligeras frente a los pesados murmillos.