Para muchos, el café es un ritual imprescindible al levantarse cada día. Pero, más allá de su función como acompañante por las mañanas, el filtro de café puede muy útil como herramienta de limpieza.

Aunque están diseñados para separar los posos del café, estos filtros de papel también son excelentes para quitar el polvo. Su textura suave los hace ideales para limpiar superficies delicadas como pantallas, lentes o cristales, ya que no rayan estos materiales ni dejan residuos. A diferencia de los plumeros tradicionales, que pueden causar microarañazos, los filtros de café son mucho más delicados y eficaces.

Además, no necesitan humedecerse para atraer el polvo. Su material ya absorbe partículas finas, por lo que pueden utilizarse tal cual o, si se desea cubrir una superficie más grande, cortarse en partes. Otra ventaja es que son económicos, fáciles de adquirir en cualquier supermercado y respetuosos con el medio ambiente, al ser biodegradables.

En la cocina, también pueden servir como un truco práctico para limpiar el microondas. En este caso, sí habría que humedecer ligeramente el filtro de café, colocarlo dentro del microondas y calentarlo durante un minuto. El vapor generado ayuda a aflojar manchas e incrustaciones, facilitando la limpieza posterior.

Incluso pueden usarse como tapa para evitar salpicaduras al calentar comida. Resistentes al calor, actúan como un escudo que mantiene tu microondas limpio.