La loca idea de un pueblo para rebajar la velocidad sin radares ni semáforos
Y está resultando ser bastante efectiva.
Beuné, una pequeña localidad francesa cercana a Angers, ha puesto en marcha un método simple y efectivo para que los conductores reduzcan la velocidad en sus calles. Y no han necesitado ni semáforos ni radares para llevarlo a cabo.
Se trata de una loca idea del alcalde, Jean-Charles Prono, harto de que no se respetasen los límites de velocidad. Las señales del municipio marcaban un máximo de 30 kilómetros por hora, pero nadie hacía caso. Así que a principios de verano implantaron un nuevo sistema.
Se trata de unas marcas pintadas en el suelo. Son líneas que se cruzan unas con otras entre sí y que no siguen ningún orden lógico. De este modo, dificultan la lectura del paisaje y hacen que los conductores tengan que prestar mucha más atención a la carretera, por lo que tendrán que reducir sí o sí la velocidad.
Esta decisión se ha tomado a principios de verano porque el pueblo está rodeado de carreteras. Cuenta con tres travesías en su interior y dos de ellas tienen un cruce dentro de la localidad.
Las líneas del suelo fueron elegidas como la mejor opción porque son baratas, solamente hay que invertir en pintura y operarios, y pueden revertirse cuando se estime oportuno. Además, se desecharon otras ideas como los semáforos, radares o resaltos.