La fuga de militares preocupa a las Fuerzas Armadas
El número de efectivos ha disminuido un 10% en poco más de dos décadas.
Las Fuerzas Armadas españolas tienen un problema: una preocupante fuga de militares. Según los datos facilitados por la Subsecretaría del Ministerio de Defensa, publicados por el diario El País, el número de efectivos ha disminuido un 10% en poco más de dos décadas. Así, de las 130.039 personas alistadas en 2010, se ha pasado 116.961 en 2023.
Este descenso de militares, además, coincide con un aumento notable de las misiones internacionales en las que participan las Fuerzas Armadas españolas, en las que ahora asumen más tareas y responsabilidades. Este año, según apuntan fuentes militares en la información citada, se espera que se rompa el récord histórico, con más de 3.600 efectivos desplegados simultáneamente en una veintena de misiones fuera de España. Un ejemplo es la participación activa de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la gestión de catástrofes internacionales, como los terremotos de Marruecos y Turquía.
Un aspecto preocupante del descenso de efectivos de las Fuerzas Armadas en España es la abrupta caída en el número de suboficiales. Las estadísticas del Ministerio de Defensa revelan una tendencia a la baja desde el año 2015, cuando había 29.251 suboficiales. Desde entonces, se han sucedido los descensos hasta alcanzar un mínimo de 26.288 en 2023. Una tónica que se repite desde hace dos años en todas las categorías.
Un informe del Observatorio de la Vida Militar constata esta situación crítica. El número de solicitudes para unirse a las Fuerzas Armadas ha disminuido en un 11% para las plazas de oficiales, un 15% para las de suboficiales y en un preocupante 34% para las de tropa y marinería si se comparan con las del año 2021. Unas cifras que ponen de relevo otro problema subyacente: el reemplazo de los militares de mayor edad. Con más de un tercio de los oficiales de carrera y suboficiales pasando de los 50 años, el panorama plantea dudas sobre la renovación generacional y la capacidad operativa a largo plazo.
Mientras las Fuerzas Armadas españolas se enfrentan a una preocupante fuga de militares, la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) observa con inquietud cómo a pesar de los anuncios de nuevas misiones en el extranjero, el personal sigue disminuyendo.
Para estos militares, el aumento de tareas y responsabilidades con menos personal, se traduce en un incremento de la carga de trabajo. Todo, sin que la asunción de tareas adicionales se vea reflejado en las retribuciones mensuales de los militares ni en una compensación por el exceso de horas trabajadas, según recoge El Confidencial Digital.
Ante este escenario, el Observatorio para la Vida Militar insta a la redacción de una nueva ley integral que aborde los problemas derivados de la movilidad geográfica y que contemple mejoras sustanciales en las condiciones laborales y salariales de las Fuerzas Armadas, una demanda que respaldan diversos grupos parlamentarios y que espera que se reflejen en los presupuestos.