La fórmula para conseguir agua en esta aldea de casas bajas que España planea copiar para acabar con la desertificación
La clave se encuentra en el aprovechamiento de aguas residuales tratadas y aguas decantadas, subproductos del tratamiento del agua potable, que de otro modo se desperdiciarían.
En la aldea de Ruzsa, ubicada en la región de la Gran Llanura del Sur de Hungría, se ha encontrado una solución innovadora para combatir los efectos de la desertificación. El pequeño pueblo, que sufre escasez de agua superficial y altos niveles de evaporación, ha implementado un proyecto piloto de retención de agua que podría ser clave en la lucha contra la desecación, no solo a nivel local, sino como modelo para otras regiones afectadas por el cambio climático, algo que ha llamado la atención de España, que considera replicarlo para frenar la desertificación en sus propios territorios.
La clave de la iniciativa es el aprovechamiento de aguas residuales tratadas y aguas decantadas, subproductos del tratamiento del agua potable, que de otro modo se desperdiciarían. En Ruzsa, 20-25 metros cúbicos de "aguas grises" se filtran cada día, pero gracias a un sistema de retención de agua, estos flujos se desvían hacia un pequeño lago, lo que contribuye a la humectación del suelo circundante.
Gizella Sánta, alcaldesa de Ruzsa, subraya que la principal meta de este proyecto es transformar la forma de pensar sobre el manejo del agua: en lugar de drenar el exceso de agua, ahora buscan retenerla y permitir que se infiltre en el suelo, restaurando así el equilibrio hídrico. Con la implementación de este sistema, los niveles de agua subterránea en la región han mejorado, aunque los expertos aseguran que aún es necesario aumentar la retención de agua para lograr resultados más notables.
Este modelo de retención de agua ha sido respaldado por ecologistas, hidrólogos y expertos en gestión hídrica, y es visto como una estrategia viable para otras zonas vulnerables, como las de la cuenca del río Tisza, en Hungría, o incluso en España, donde la desertificación cada vez es un problema que toma más protagonismo. En Ruzsa, aunque los resultados no han sido inmediatos, se cree que el proyecto marca el inicio de una nueva era en el manejo sostenible del agua, y podría ser el primer paso hacia una solución para enfrentar los efectos del cambio climático en áreas semidesérticas.