La eutanasia en Europa: ¿qué países amparan el derecho y cuáles lo penaliza con cárcel?
La duda surge ante la petición de eutanasia de José Emilio Suárez Trashorras, el minero exminero que facilitó los explosivos del 11-M.
La petición de eutanasia de José Emilio Suárez Trashorras ha vuelto a poner encima este debate social. El exminero condenado a más de 34.000 años de cárcel por su implicación en el atentado del 11-M, pidió este viernes que se le aplicara este derecho ante "la fala de tratamiento médico y psicológico" en el Centro Penitenciario de Asturias, donde cumple condena.
En Europa, la eutanasia es muy diferente en función de los países. En España, tal y como recoge la Ley Orgánica 3/2021 pueden acceder a ella aquellas personas que presenten una enfermedad grave e incurable, con fragilidad progresiva y pronóstico de vida limitado, en una situación avanzada o terminal. De la misma también se posibilita a las personas con "padecimiento grave, crónico e imposibilitante o enfermedad grave e incurable, causantes de un sufrimiento intolerable".
De acuerdo a la legislación vigente, el solicitante tiene que tener la nacionalidad española, residir legalmente en la misma y disponer de un certificado de empadronamiento en el que se acredite la residencia en España superior a 12 meses, ser mayor de edad y ser plenamente consciente en el momento de solicitar este derecho, de tal forma que quede recogido que la decisión se ha tomado de una forma libre y personal.
La eutanasia en el resto de países europeos
Holanda es el país más avanzado, lleva 30 años debatiendo abiertamente del rema y regulando el ejercicio de ese derecho. Legalizó la eutanasia en abril de 2002. La ley holandesa considera legal la intervención directa y eficaz del médico para causar la muerte de un paciente que sufre una enfermedad irreversible o que se encuentra en fase terminal y con padecimiento insoportable. El paciente debe residir en Países Bajos y la petición de eutanasia o de ayuda al suicidio debe ser reiterada, voluntaria y producto de la reflexión. No es, por tanto, una decisión sin filtros ni tomada a la ligera.
Los sufrimientos deben ser intolerables y sin perspectivas de mejora, añade la ley. El paciente debe haber sido informado convenientemente de la situación y del pronóstico. El médico que vaya a aplicar la eutanasia está obligado a consultar el caso con un compañero (o dos, en el caso de que el sufrimiento sea psicológico), que tiene que emitir el correspondiente informe.
Las peticiones de eutanasia las pueden hacer incluso pacientes menores de edad, en algunos casos con el consentimiento de los padres (entre los 12 y 16 años inclusive) y sin el consentimiento, aunque participando en la decisión final (entre los 16 y 17 años).
La eutanasia es legal en Bélgica también desde 2002; el país dio el paso pocos meses después que su vecino. Debe ser solicitada conscientemente por una persona mayor de edad o menor emancipado, que sea capaz, con pronóstico de enfermedad irreversible, que padezca un sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable o una enfermedad grave incurable.
La solicitud de eutanasia debe realizarse por escrito, de manera voluntaria y reiterada, escrita y firmada por el paciente o por un adulto designado por él. El facultativo, además, debe dejar pasar un mes entre la petición y la realización de la eutanasia, para garantizar que la decisión es firme y no hay vuelta atrás.
Los médicos tienen -entre otras- la obligación de consultar a otro especialista en la patología correspondiente en cada caso, y ese segundo experto también debe redactar un informe. En la legislación belga está prevista la eutanasia para pacientes no terminales. La ley belga, a diferencia de la ley holandesa, no regula el suicidio asistido, que por tanto, sigue siendo un delito penal.
Fue en marzo de 2009 cuando Luxemburgo se convirtió en el tercer país del mundo en despenalizar la eutanasia, aprobando la ley de legalización de la misma. Para las personas que se encuentran inconscientes es necesario un certificado anticipado de su voluntad. Además, los médicos están obligados a conversar varias veces con los pacientes sobre su decisión y a pedir asesoramiento a otro médico. Los pacientes de entre 16 y 18 años pueden pedir la eutanasia con la aprobación de sus padres o representantes legales.
Asimismo, Portugal promulgó la ley de eutanasia el pasado 2023 después de cuatro vetos del presidente del país luso, Marcelo Rebelo de Sousa, que da prioridad al suicidio asistido y contempla también la eutanasia activa.
Países en los que no está legalizada
En Reino Unido, se permite la eutanasia pasiva y la sedación paliativa y/o terminal, pero no la eutanasia o el suicidio asistido aunque desde febrero de 2012, la justicia suaviza la persecución de personas que han ayudado a morir a un familiar que lo ha solicitado.
Eslovaquia es uno de los países con un ordenamiento más duro en Europa. La eutanasia y el suicidio asistido no están permitidos, se consideran homicidios de acuerdo con los artículos 145 y 154 del Código Penal y conllevan una pena de prisión de 15 a 20 años y de 6 meses a 3 años, respectivamente.
En Polonia la eutanasia es ilegal y está penada con hasta cinco años de cárcel, de tal manera que se entiende como un asesinato. En Bulgaria está prohibida expresamente desde 2004 y es punible, con prisión de 1 a 6 años. De 1 a 8 años se fijan en Croacia, donde el Código Penal prohíbe la eutanasia activa bajo el tipo de delito "asesinato a petición".
En Eslovenia, la eutanasia tampoco está permitida. Aunque no existen leyes específicas sobre la eutanasia y el suicidio asistido, se consideran delitos, como asesinatos y asistencia suicida.