La DGT responde con cuántas cervezas da positivo en un control de alcoholemia con la nueva tasa que quieren imponer

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha respondido a una de las preguntas más frecuentes entre los conductores: ¿cuántas cervezas pueden dar positivo en un control de alcoholemia? Esta cuestión ha cobrado relevancia tras el anuncio de la posible reducción del límite de alcohol en sangre permitido para conducir, que actualmente es de 0,5 gramos por litro (0,3 para conductores noveles).

La cantidad de alcohol en sangre depende de varios factores. Entre ellos se encuentran la cantidad de alcohol puro ingerido, el volumen de la bebida alcohólica, el peso y el sexo del bebedor. El alcohol consumido pasa al sistema nervioso central a través del aparato digestivo, afectando la capacidad para conducir.

Para calcular cuánto alcohol se ha bebido, se multiplica la graduación de la bebida (indicada en grados en la etiqueta) por la cantidad ingerida en mililitros, y se divide por 100. Este resultado se multiplica por 0,8, que es la densidad del alcohol. Por ejemplo, una cerveza de 5% de alcohol en un vaso de 200 ml contiene 8 gramos de alcohol puro.

Los efectos del alcohol en la conducción aparecen desde el primer momento, incluso con tasas inferiores a las permitidas. Con una alcoholemia de entre 0,3 y 0,5 gramos por litro, que se alcanza con aproximadamente dos cervezas, se incrementa el tiempo de reacción y comienzan los problemas de coordinación. Al superar los 0,5 gramos por litro, se presentan problemas de visión y, por encima de 0,8 gramos por litro, graves problemas de atención y coordinación, además de fuerte somnolencia.

Nueva tasa propuesta y multas

La DGT está considerando reducir el límite de alcoholemia permitido, lo que ha generado preocupación entre los conductores. Con la nueva tasa, se espera que el límite se reduzca a 0,2 gramos por litro para todos los conductores. Esta medida busca reducir los accidentes de tráfico relacionados con el consumo de alcohol.

Superar el límite de alcoholemia tiene serias consecuencias legales. A partir de 1,2 gramos por litro de alcohol en sangre (0,6 en aire espirado), la conducción se considera un delito, penado con entre tres y seis meses de prisión. Además, el cuerpo metaboliza el alcohol lentamente, y factores como el peso, enfermedades y medicación pueden influir en el tiempo que tarda en eliminarse del organismo.

La DGT recomienda a los conductores no consumir alcohol si van a conducir. Incluso pequeñas cantidades pueden afectar la capacidad de reacción y coordinación, aumentando el riesgo de accidentes. La mejor opción es siempre optar por alternativas seguras, como el transporte público o un conductor designado.