La debacle de Pippi Calzaslargas: de romper normas sociales a ser censurada por racismo
La descarada protagonista de los libros creados por Astrid Lindgren en 1941 y que más tarde se convirtió en serie de televisión.
La niña más fuerte del mundo cogía a peso su caballo de lunares Pequeño Tío, colgaba a los ladrones encima del armario cuando venían a robar y peleaba con el forzudo del circo dejándole noqueado. Así era Pippi Calzaslargas, una niña de nueve años con dos enormes trenzas pelirrojas. No era ni educada ni estudiosa, ni linda ni princesona. Andaba desmadrada por el pequeño pueblo de Visby junto a su mono Mr Nilson y sus amigos Tommy y Anika. Huérfana de madre, con un padre ausente y pirata vivía sola en la Villa Kunterbunt.
Pippi Langstrump, la descarada y deslenguada protagonista de los libros creados por Astrid Lindgren en 1941 para leer a sus hijos en los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial y que más tarde se convirtió en serie para televisión en 1969, ha sido alabada durante mucho tiempo por romper estereotipos de género y desafiar las normas sociales establecidas. Sin embargo, a medida que pasan los años, algunos aspectos del personaje pueden considerarse anticuados. Pues, como reconoció la propia autora, había en la escritura sesgos racistas que ahora se consideran 'políticamente incorrectos'.
En su momento, fue revolucionario ver a una niña fuerte, independiente y decidida como protagonista de una serie infantil. Desafió los roles de género tradicionales y se convirtió en un modelo a seguir para todos los niños y niñas de aquella época. Pero hoy en día, el enfoque de Pippi en la igualdad de género puede resultar simplista.
Aunque Pippi no juzga a las personas por su apariencia o estatus social, y acepta a todos tal como son, es cierto que, como tantos otros productos de la época, hay en la serie bromas y expresiones que hoy en día no se usan: la palabra 'negro’ o la gestualidad exagerada para imitar a las personas asiáticas.
Fue precisamente la cadena pública Televisión de Suecia (SVT) la que decidió eliminar fragmentos de contenido "racista" de la clásica serie para la nueva edición restaurada y que también podemos encontrar en la plataforma Filmin en nuestro país.
Los cambios implican por ejemplo que Pippi ya no se referirá a su padre como "rey negro", sino que dirá simplemente "rey"; y que se elimine una escena en la que la joven jugaba a "hacer el chino" estirando la piel alrededor de sus ojos.
Además, hoy en día algunos aspectos de la narrativa pueden resultar problemáticos. Pippi se burlaba de la autoridad (los adultos y los policías, por ejemplo), cuestionaba la necesidad de trabajar para vivir (tenía un tesoro de monedas que utilizaba para hacer la compra) y era bastante anarquista en lo que se refería a las normas de conducta.
A pesar de todo esto, tanto la serie de televisión como los libros en los que se basa, han dejado una huella imborrable en la cultura popular. Ha sido y sigue siendo una inspiración para muchas personas que buscaban un modelo a seguir que desafiara las normas establecidas y les permitiera soñar con un mundo más igualitario. Pipi es un personaje optimista que siempre ve el lado positivo de las cosas aplicando soluciones creativas a sus problemas. Por tanto, sigue siendo un símbolo icónico de empoderamiento infantil.