La ciudad española con tres ratas por cada habitante: "Las ratas se ponen moradas aquí"
La población de roedores se ha multiplicado por cuatro en la última década.
"¿Sabías que hay más ratas que personas en Bilbao?", es la pregunta que lanza una reportera de El Correo que ha recorrido las calles de la ciudad para hablar sobre este problema tan "desagradable".
La periodista precisa que el número de estos roedores se ha multiplicado por cuatro durante la última década hasta lograr que haya casi tres ratas por cada habitante. "Antes en mi bario no había ninguna y ahora no hay más que ratas", se queja un vecino.
El problema se agudiza en al lado de la ría y en verano, cuando las altas temperaturas favorecen la aparición ya no solo de ratas, sino de chinches, moscas, mosquitos, garrapatas. en verano sobre todo, con el calor de reproduce más, tal y como denuncia otro hombre.
Para acabar con esta situación, que los vecinos califican de "desagradable", proponen llevar a cabo campañas de limpieza para que no se acumulen basuras en las calles, ya que estos desechos sirven de alimento a las ratas y favorece su proliferación. "Las ratas se ponen moradas aquí", expresa una vecina.
Cómo evitar ratas en casa
Es normal temer que estos roedores puedan entrar en las viviendas, ya que pueden transmitir diversas enfermedades. Por ello, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) lanza varias recomendaciones que pueden ayudar a mantener los roedores lejos de casa.
- Sellar los orificios dentro y fuera de casa para evitar la entrada de las ratas. "Esto puede ser tan sencillo como insertar lana de acero (fibra metálica) en los pequeños orificios, o cubrir los huecos en paredes internas o externas", explica la EPA.
- Atrapar los roedores que pueda haber en el exterior de la vivienda.
- Limpiar para eliminar las fuentes de alimento y los lugares donde anidan los roedores.
Si aun llevando acabo todas estas medidas nos encontramos con ratas dentro de casa, podemos usar trampas, que pueden ser letales (de inmovilización) o no letales, como jaulas, que capturan a los roedores vivos y sin dañarlos para luego poder liberarlos si así se desea.
Otra opción es usar rodenticidas, productos desarrollados para matar roedores. Estos engloban los cebos, que combinan rodenticidas con alimento para atraer a los roedores para atraerlos, y polvo de rastreo rodenticida, que se adhiere a sus patas y piel, siendo ingerido cuando los roedores se lamen para asearse.
"En ambos casos, los roedores mueren después de consumir la sustancia química contenida en el cebo o en el polvo de rastreo. Debido a que pueden presentar riesgos a la salud de las personas, algunos rodenticidas (incluyendo los polvos de rastreo) sólo pueden ser aplicados legalmente por parte de aplicadores certificados de pesticidas", concluye la EPA.