Ibiza se desangra
La isla balear afrontar uno de sus peores veranos en términos económicos de los últimos años.
El verano de 2024 no está siendo especialmente positivo en algunas zonas donde esperaban como agua de mayo que llegara el calor, la época de bañador y chanclas y el momento en el que turista de todo el mundo desembarquen en sus playas. Especialmente dura está siendo la época estival en Ibiza, donde esperaban que la situación económica despegara y solventara los problemas que atraviesa la isla.
Pero nada más lejos de la realidad. El verano no está siendo nada positivo y las estimaciones económicas que habían previsto los principales sectores enfocados al turismo se encuentran muy lejos de los objetivos planteados en principio.
No hay sector que no lo esté sufriendo. Comercios, bares, restaurantes, hoteles, discotecas... apenas cuentan con clientes en las horas puntas, algo que está resintiendo de forma muy evidente la economía de los negocios de la isla, y nos encontramos ya en agosto, mes en el que en teoría, se debería producir la máxima actividad económica del año.
Y lo peor es que eta situación no se produce en zonas puntuales de la isla, sino que se trata de un sentir y una realidad generalizada, y muchos propietarios aseguran no haber experimentado una situación similar ni durante la pandemia de Covid-19, cuando tuvieron que permanecer cerrados durante meses y tuvieron que enfrentarse a unas medidas muy restrictivas de horarios, capacidad, etc.
Uno de los factores a los que los propietarios de los negocios achacan esta situación apuntan a los elevados precios de veranear en Ibiza, que impide, cada vez más, que familias y turistas puedan costearse unas vacaciones en la isla, ya que implica un desembolso mayúsculo.
Precios muy elevados y un cambio claro en el perfil de turista
Pero esta situación puede ser mucho más grave de lo que, a priori, pudiera parecer, ya que la mayoría de los dueños de los negocios en Ibiza viven el resto del año de la recaudación obtenida en el verano, por lo que los efectos de una mala época estival puede suponer un drama mucho mayor cuando se dé por cerrada la temporada entre septiembre y octubre.
Muchos locales señalan que nunca se había vivido un año como este, y destacan como un síntoma muy evidente el hecho de que haya aparcamientos al lado de los domicilios, algo que en esta época sería impensable en otros veranos.
Además, la situación es aún peor si se compara con los datos conseguidos en 2023, cuando se completó uno de los veranos con mejores números de los últimos años. En definitiva, consideran que el principal problema se encuentra en la gran subida de precios que se ha experimentado en la isla, además del cambio de perfil de turista que llega a Ibiza.