Horror en el nuevo restaurante chino de Madrid con 300 kilos de comida podrida
Una inspección rutinaria para comprobar la licencia ha destapado la situación.
El restaurante chino Chaoshan Beef Hotpot abrió hace unos meses sus puertas en la calle Nicolás Usera, 18, en Madrid con la promesa de ofrecer un excelente servicio. Algo que, en un principio, parecía estar cumpliendo.
"Trato impecable y muy serviciales. Hotpot es diferente a lo que estamos acostumbrados". "Comida buena, en este hotpot el caldo al no llevar condimentos intensos puede ser bebido". "Muy buen menú, rico y además nutritivo, ingredientes frescos , la carne de ternera la cortan al momento". Estas son algunas de las numerosas buenas reseñas que ha recibido el establecimiento.
No obstante, había otras que indicaban que algo no iba del todo bien: "Todo estupendo, la comida genial, pero unas cucarachas nos robaron el apetito... El jefe vio una y la mató con un pañuelo, pero luego salieron dos más... Deleznable, como poco".
Ahora, una inspección rutinaria para comprobar la licencia ha destapado por completo lo que esconde el nuevo restaurante. El diario ABC recoge que lo primero que descubrieron los agentes de la Oficina de Atención al Ciudadano (OAC) de la Comisaría Integral del Distrito de Usera fue que el local no tenía seguro de responsabilidad civil. En los papeles se especificaba que había una petición denegada para abrir un segundo piso.
Horror en la trastienda
Lo peor para los policías municipales llegó cuando retiraron parte de un largo sofá y descubrieron una puerta oculta por la que se podía acceder a una entreplanta sin licencia, lo que significaba que los dueños habían ignorado la prohibición.
En esta habitación escondida, se encontraba un aterrador almacén donde se guardaba la comida. En unos cartones sobre el suelo, había unas plantas puestas a secar que servían como verduras, aunque no se sabe exactamente qué son. También había numerosas bolsas al vacío que contenían comida sin etiquetado ni ningún tipo de trazabilidad. Por ejemplo, había entre 50 y 60 kilos de setas cuya fecha de consumo preferente era de 2021.
Por otro lado, los agentes encontraron un arcón congelador con entre 150 y 200 kilos de carne y pescados mezclados sin protección alguna, como albóndigas sin etiqueta o carne de pato con trozos de escarcha. Había también vejigas disecadas, mejillones podridos que desprendían un olor horrible y 600 ejemplares de holoturias, conocidas como pepinos de mar, en pésimo estado.
Todos estos productos quedaron precintados, pero cuando los agentes regresaron el 1 de octubre ya no quedaba prácticamente nada. El arcón ya no estaba, habían tapiado el hueco y se habían desecho de la verdura. Debido a esto, los dueños del local podrían enfrentarse a otro delito contra la sanidad pública. Lo poco que se pudo incautar se encuentra a disposición del Departamento de Sanidad de la Junta de Usera.