Gana 38 millones de euros en la lotería y regresa a los pocos días a su puesto de trabajo para dejar un mensaje

Todas esas cosas que a veces acostumbramos a imaginarnos si fuésemos ganadores de un premio millonario suelen contener la clásica imagen de despedida en el trabajo. Precisamente, esa es la esencia de la anécdota que ha dejado el ganador de cerca de 38 millones de euros en la lotería canadiense, Lotto Max.

Así lo recoge Insauga en una información en la que retrata la acción de este hombre de Québec, que era el poseedor de uno de los boletos premiados con 80 millones de dólares -no es por los impuestos, que hay que aplicárselos, el otro boleto con 40 kilos tocó en Alberta-.

Se trata de Jean Lamontagne, un residente de Montreal de 60 años, que se ha convertido en ese tipo de héroe que será recordado en el trabajo por su despedida tras convertirse en millonario. De hecho, lo mejor de la historia es que se enteró allí mismo. 

¿Qué hizo cuando vio el boleto premiado en el trabajo?

"Primero compartió la noticia con sus jefes y agregó que aprovecharía la ganancia inesperada para jubilarse antes de lo planeado", señala el comunicado de Loto-Québec. Y se largó, claro, pero con una promesa. "Como es muy cercano a sus compañeros, Lamontagne regresó a su lugar de trabajo unos días después para invitarlos a un almuerzo de pizza y despedirse", desvela la nota informativa.

¿Y qué va a haber ahora este hombre tras salir por la puerta grande con un festín de pizza? Pues quiere meter un buen pellizco del premio en bienes raíces y comprarles complejos hoteleros a sus hijos, su hermano y sus cuñadas. Respecto a sus caprichos, su plan es hacerse un largo viaje por Europa.