La eterna marca que deja la picadura de la avispa más letal de España

La eterna marca que deja la picadura de la avispa más letal de España

“Han pasado dos años y lo sigo recordando con horror. Me ardía toda la espalda”, ha contado una persona que recibió una picadura de esa avispa.

Una avispa asiáticaWestend61 vía Getty Images

Recibir la picadura de una avispa no es un plato de gusto para nadie. Sin embargo, no todas son iguales. En España existe una en particular, la de la avispa asiática (Vespa velutina), que puede llegar a ser mortal si desencadena una reacción alérgica.

La avispa asiática, que es una especie invasora, llegó a España en el año 2010 procedente de Francia. Desde ese momento, el insecto se ha expandido con rapidez por el norte de la Península.

En un reportaje publicado en El País, una persona que trabaja al aire libre instalando sanitarios portátiles, Antonio Landa, ha contado su mala experiencia tras sufrir la picadura de una avispa asiática en el Pirineo de Huesca en julio de 2022.

“Estaba buscando la llave del agua en un trozo de bosque cuando, de repente, ¡plas!, noté el sablazo. Me llevé la mano a la espalda y la pude coger. Era una avispa muy grande, que inmediatamente tiré al suelo. Por lo que me contaron luego, era la asiática. Al principio no me asusté: las de toda la vida ya me han picado otras veces”, ha narrado Landa.

Sin embargo, la marca de esa picadura de avispa, a diferencia de otras, ha acabado siendo eterna, tal y como ha contado el afectado: “No podía saber la que se me venía encima. Han pasado dos años y lo sigo recordando con horror. Me ardía toda la espalda. Todavía tengo la cicatriz”.

“Dolía como si me hubieran picado cinco avispas o más, pero había que dejar el campamento (en el que estaba instalando sanitarios portátiles) preparado y acabar el trabajo. Luego se me empezó a dormir el brazo y también me daban tembleques. Pero quise llegar a casa porque me daba miedo parar en Biescas y que no me dejaran seguir conduciendo. Así que tiré hasta Caspe, que son tres horas. Iba gritando al volante para aguantar el dolor”.

“Era como si el veneno de la avispa se lo comiera todo”

Una de sus sorpresas al llegar a la localidad zaragozana de Caspe fue comprobar que “en mi asiento había salido un gran ronchón blanco. Luego también vimos que la ropa de trabajo, que es oscura, se había descolorido. Era como si el veneno de la avispa se lo comiera todo”.

Al entrar en casa, contarle lo sucedido a su esposa y levantarse la camiseta para que viera la picadura, la mujer reaccionó tremendamente asustada: “Pegó un grito y dijo: ‘¡Antonio, corre, vamos a urgencias a que te vean esto!’”, ha recordado Landa.

Por su parte, Isabel María Paúles, la médica de familia que le atendió en el servicio de urgencias, ha destacado que fueron necesarios dos meses para que Antonio Landa recibiera el alta tras recibir la picadura: “En total, requirió dos meses de cuidados. Esto ocurrió en julio y hasta bien entrado septiembre no le dimos el alta”.