Esto era lo que había en Madrid mucho antes de construir la Gran Vía
Lo que era la capital antes de una de sus calles más emblemáticas.
Madrid, la vibrante capital de España, alberga posiblemente una de las calles más emblemáticas y dinámicas a nivel nacional: la Gran Vía. Inaugurada su construcción en 1910, esta icónica avenida ha sido un símbolo de crecimiento y modernización de la ciudad. Sin embargo, a pesar de ser una de las calles más transitadas de la capital, muy poca gente sabe la historia de lo que existía en la zona mucho antes de su construcción, cuando el paisaje de Madrid era muy diferente.
Antes de que la Gran Vía fuera siquiera imaginada, el centro de Madrid estaba formado por un laberinto de callejuelas estrechas y sinuosas cuanto menos. Se trataba de una zona habitada mayormente por la clase trabajadora, donde las calles se componían de pequeñas viviendas, tabernas y tiendas de artesanos. Sin embargo, la capital se enfrentaba a serios problemas de salubridad y tráfico, por lo que las reformas eran necesarias e inminentes.
A finales del siglo XIX surgió la necesidad de transformar el centro de Madrid en una metrópolis moderna al estilo de otras grandes ciudades. De ahí nace la Gran Vía, un proyecto que causó mucho revuelo y generó una crispación en la población madrileña. La idea era crear una vía de comunicación entre Alcalá y plaza de España, siguiendo el trazado de la antigua calle de San Miguel y evitando así el paso por la Puerta del Sol.
Un proyecto largo y tedioso
La construcción de la Gran Vía implicó la demolición de 312 casas para formar 32 manzanas nuevas y, por ende, causó el desplazamiento de miles de residentes. Esto generó una población polarizada entre las posturas a favor y en contra ante este nuevo proyecto, aunque de poco sirvieron las posibles revueltas, ya que fue cuestión de meses lo que tardó el Ayuntamiento en comenzar las obras de construcción, las cuales se dividieron en tres fases debido a la magnitud de trabajo.
La primera fase afectó al tramo entre Alcalá y Red de San Luis, cuyas obras se desarrollaron entre los años 1910 y 1917. Durante los siguientes cuatro años se trabajó en el tramo existente entre la Red de San Luis y la plaza de Callao. Finalmente, en 1926 se procedió a asfaltar el camino entre Callao y la plaza de España, aunque no acabarían de ocuparse todos sus solares hasta mitad de siglo.
Fue un proyecto urbanístico ambicioso y costoso, pero que permitió abrir en Madrid una avenida amplia adornada con majestuosos edificios, cines, teatros y comercios de lujo. A medida que las obras avanzaban, la Gran Vía comenzó a emerger como el centro neurálgico de la vida social de la ciudad, convirtiéndose además en uno de los epicentros culturales y económicos de la capital.
Con el paso de los años la Gran Vía ha sido escenario de numerosos encuentros sociales, del nacimiento de grandes comercios, de diversas manifestaciones e incluso de contiendas bélicas, como la Guerra Civil. Así como ha pasado por varias reformas desde su creación, finalizando la última de ellas en 2018. Lo que está claro es que la Gran Vía es más que una simple calle. Es un símbolo de la modernización y del renacer urbano de Madrid, y actualmente sigue siendo una de las avenidas más importantes del país, además de una de las más transitadas.