Esto era lo que había antes donde ahora está la Puerta del Sol de Madrid

Madrid, la vibrante capital de España, alberga posiblemente una de las plazas más emblemáticas y dinámicas a nivel nacional: la Puerta del Sol. Este lugar tan icónico no solo es el corazón geográfico de la ciudad, sino también el epicentro de un legado cultural y social que se extiende a lo largo de los siglos. Sin embargo, a pesar de ser una de las avenidas más transitadas, muy poca gente sabe la historia de lo que existía en la zona mucho antes de su construcción

Antes de que la Puerta del Sol fuera siquiera imaginada como el espacio en que se ha convertido hoy en día, el centro de Madrid estaba formado por un laberinto de callejuelas estrechas y sinuosas cuanto menos. Su historia se remonta al siglo XV, cuando la zona del “kilómetro cero” se encontraba en las afueras de la ciudad medieval. Originalmente, este lugar no era una plaza, sino un espacio en las murallas que rodeaban la pequeña villa de Madrid.

Concretamente, lo que ahora conocemos como Puerta del Sol, antes era una puerta que formaba parte de la muralla que cercaba la ciudad. Esta no solo era un punto de acceso estratégico hacia el exterior de la villa, sino que también tenía un distintivo muy especial: un grabado con un sol en bajorrelieve que adornaba su estructura. Esta figura, más allá de ser un simple ornamento, se consideraba un símbolo de iluminación y guía, por lo que terminó por dar nombre a este emblemático espacio.

Un testigo de la historia madrileña

Desde sus días como parte de la defensa de la ciudad, hasta punto de encuentro para las celebraciones de Año Nuevo en la actualidad, esta plaza ha sido testigo de muchos eventos históricos que han marcado el devenir del desarrollo de la capital. Algunos de los más relevantes son la lucha contra los invasores franceses en 1808, la proclamación de la Segunda República en 1931 o el significativo 15-M que reunió a miles de ciudadanos en este espacio.

El proceso de transformación de la Puerta del Sol en una gran plaza comenzó en el siglo XVIII, con la construcción de importantes edificios como la Real Casa de Correos. Este lugar también ha sido testigo de la demolición de iglesias, conventos y demás edificaciones que han sufrido los estragos del tiempo. No obstante, poco a poco, la Puerta del Sol se consolidó como el centro neurálgico de la ciudad, hasta convertirse en el lugar que hoy conocemos.  

La evolución de esta emblemática plaza refleja la transformación de Madrid, pasando de ser una pequeña villa medieval a una de las capitales más importantes de Europa. Aunque el aspecto y la función de este espacio han cambiado, su esencia sigue siendo la misma: un lugar de convergencia y símbolo de la ciudad. Al fin y al cabo se trata de una plaza llena de historia, modernización y vida cotidiana por la que cada día pasan miles de personas.