Esto es lo que dice la ley sobre lo que puedes dejar en la puerta de tu piso
Hay normas que no todo el mundo conoce, pero que son imprescindibles para la convivencia entre vecinos.
Hay normas que no todo el mundo conoce, pero que son imprescindibles para regular algunas situaciones como las vividas entre vecinos. Cada vez hay más situaciones polémicas y lo que dice la ley es irrefutable.
Una de las dudas que pueden surgir es sobre un gesto que quizás muchos realicen: dejar los zapatos en el pasillo o en el felpudo, sobre todo en días de lluvias cuando está mojado. Sin embargo, la mayoría no sabe si este gesto al que muchas veces no se le da importancia es legal.
En general, según remarcan desde Idealista, no se pueden utilizar las zonas comunes de un edificio o una urbanización como almacén o depósito personal. La Ley de Propiedad Horizontal (LPH) se basa en que los miembros de una comunidad de propietarios no causen molestias al resto de vecinos. De esta forma, los zapatos, en la mayoría de los casos, deben guardarse siempre dentro de casa.
La LPH, que es la normativa que regula las relaciones en las comunidades de vecinos, no tiene una norma específica que aborda la cuestión concreta del calzado, pero sí otras que se pueden aplicar. En el artículo 396 del Código Civil se establece que un comunero podrá disfrutar de los espacios comunes de una finca, siempre que respete a los demás vecinos, y cumpla los estatutos de la comunidad.
El que no esté reflejado en los estatutos, sin embargo, no significa que deje libertad para hacerlo. Las zonas comunes no pueden ser un almacén de objetos personales. Y a no ser que se trate de un momento puntual, hacerlo podría conllevar una sanción.
En caso de utilizar las zonas comunes para dejar objetos personales de forma habitual, los demás propietarios podrán elevar una queja al administrador de fincas o al presidente de la comunidad, que se pondrán en contacto para intentar que desista este comportamiento.
Si aun así se insiste, se podrá emprender una acción de cesación y dejar el asunto en manos de la justicia. Aunque esto es un caso extremo, podría darse en casos de que los zapatos perjudiquen el tránsito y la convivencia vecinal, lo que podría concluir en una sanción.