"Este año no existe el espíritu navideño": los afectados por la DANA, ante la Navidad más difícil de sus vidas

"Este año no existe el espíritu navideño": los afectados por la DANA, ante la Navidad más difícil de sus vidas

Miles de valencianos vivirán una festividad vacía y alejada del jolgorio y la alegría habituales, pero como algunos de ellos han dicho a El Huffpost, "por lo menos estamos".

Sedaví (Valencia) tras el paso de la DANA del pasado 28 de octubreEuropa Press via Getty Images

Dicen que después de la tormenta llega la calma, pero para los vecinos de los municipios valencianos afectados por la DANA lo que llegó fue un trabajo arduo para luchar contra el fango y reconstruir sus vidas. Cuando aún no se han cumplido ni dos meses desde las inundaciones del pasado 29 de octubre, que causaron más de 200 víctimas mortales y miles de damnificados en la provincia de Valencia, los vecinos se enfrentan en los próximos días a una Navidad sin mucho que festejar, pero con voluntad de seguir adelante.

"Todos bien, que es lo importante". Así responde desde la barbería en la que trabaja Javier Roselló por teléfono a El HuffPost cuando se le pregunta cómo está. En ese mismo local le pilló también la DANA. "La verdad es que nos dejó sin local, porque como nos pilló trabajando dentro nos dio el tiempo justo para poder salir, para salvarnos, y se quedó todo abierto. No pudimos bajar la persiana ni nada, se quedó abierto y se lo llevó todo. Sin sillones, sin estanterías, sin nada”, explica.

Un informe elaborado por la Cámara de Comercio de Valencia estima que dos terceras partes de los 8.106 locales afectados por la DANA han sufrido daños directos. La barbería Stilo's de Paiporta, donde trabaja Roselló, es uno de los pocos negocios que pudo abrir solo dos semanas después de las inundaciones. "Estuvimos limpiando desde el día siguiente”, cuenta, y agrega que primero limpiaron y luego tuvieron que picar las paredes y dejarlas en cemento para que se secaran.

Pero también recibieron mucha ayuda desde distintos puntos de España. “La verdad es que la gente nos ha donado cosas, nos donaron sillones de barberías de Alicante, de Valencia y Logroño, máquinas y productos y pudimos volver a empezar. Así que abrimos”, relata. Y desde entonces, afirma, “hay bastante faena todos los días”. “Al final”, afirma, “es de los pocos negocios abiertos”. “Entonces la gente, aparte de que le gusta ir arreglada, también le sienta bien venir aquí, ver un poco de normalidad, por así decir”.

Las peluquerías y barberías suelen hacer el ‘agosto’ en estas fechas navideñas en las que se aglomeran las celebraciones. En los municipios afectados los próximos días habrá menos que festejar, pero Roselló se mantiene optimista. En Navidad, afirma, otros años “sí que ha habido mucha faena”. Este, de momento, la gente está “respondiendo bien”.

“La gente viene, aunque todo esto esté así, montado como se puede, tuvimos que picar las paredes y todo y no tenemos puertas. Pero la gente, con ver un poquito de normalidad, de poder ir a algún negocio y ser atendido, ya les sobra”, asegura. “Así que de momento hay faena, suponemos que de cara a Navidad puede ser que haya”, confía.

  Imagen de una calle de Sedaví (Valencia) tras el paso de la DANAEuropa Press via Getty Images

Otro testimonio similar lo encontramos en Mónica, una vecina de Sedaví que sufrió los efectos del temporal en casa, con sus padres de más de 60 años dentro y sin casi tiempo para reaccionar, como tantos miles de personas. 

En su caso, da gracias a la vida por haber podido salir airosa de la DANA al igual que todos sus familiares, aunque nos cuenta que vivieron momentos de máxima preocupación, ya que estuvieron dos días sin saber el paradero de uno de sus primos, que afortunadamente pudo salvarse de la tromba: "Esta historia te la cuento yo pero casi cualquier persona de la zona puede contarte cosas mucho peores. Nosotros somos unos afortunados".

Para colmo, Mónica padece los efectos de la covid persistente, que la han mantenido en silla de ruedas hasta el pasado septiembre, lo que le ha dificultado enormemente la vida hasta ese momento. Ahora, y tras recuperarse, la DANA la ha vuelto a golpear de forma devastadora. Diseñadora de moda y patronista industrial de profesión, lamenta que los efectos de la DANA no se quedan en "el barro o el agua", sino que van mucho más allá. "No solo es la riada, ahora hay problemas derivados como el moho acumulado, la humedad en las paredes de las casas o los problemas respiratorios y en esta situación nos encontramos miles de personas".

Por suerte para ella, no ha tenido que lamentar pérdidas económicas especialmente elevadas respecto a su trabajo, ya que no cuenta con un local propio, y tan solo necesita sus telas y su máquina para poder retomar la actividad. Pese a ello, sí que ha perdido numerosos bienes materiales, como casi todo lo de su hogar y los dos coches familiares. Y por el momento, "todo sigue igual".

"Hay gente que cerrará sus negocios para siempre y otros que ni en Navidad podrán trabajar"
Mónica, afectada por la DANA en Sedaví

"La realidad es que nos sentimos muy abandonados porque no hemos recibido ni una sola ayuda a día de hoy (la entrevista tuvo lugar el pasado 30 de noviembre), y a los negocios les va a costar muchísimo poder retomar la actividad. De hecho hay gente que cerrará para siempre y otros que ni en Navidad podrán trabajar, que es una época propicia y en la que se produce mucho más gasto", argumenta.

Mónica nos llevó hasta Susana, a la que define como un ser de luz, y afirma que ha sido una de las grandes responsables de que los vecinos hayan podido recuperar infinidad de productos de primera necesidad para poder "ir tirando", como lavadoras, muebles, ropa y un largo etcétera. ¿La clave? Su frutería. 

Como ella misma nos cuenta, no vive en Sedaví pero tiene su negocio familiar en el municipio desde hace 35 años, por lo que asegura que "la gente del pueblo es como mi familia, porque llevo aquí muchísimos años". Por ello, afirma que desde el primer momento se puso manos a la obra, a ayudar con todo lo que pudo: realizar compras de primeras necesidad, llevar electrodomésticos, muebles, mantas, etc.

"Ningún negocio tiene puestas luces de Navidad, nadie es consciente de la época en la que estamos. Seguimos estancados en octubre"
Susan, afectada por la DANA en Sedaví

Según nos explica, durante los primeros días fue todo "muy muy caótico" y relata cómo ha sido posible ayudar a toda la gente que ha podido. "En cuanto a la comida, lo conseguimos gracias a unos clientes de restauración, que me llamaron y me preguntaron qué necesitaba la gente. Y desde ese momento comenzaron a traer comida, hamburguesas para los niños, hicieron paellas, etc. porque en los primeros días aquí no había nada". Pero siempre con humildad, reconoce que no se puede quejar de nada, "¿voy a llorar por mi negocio cuando aquí está todo el mundo con sus vidas destruidas? No puedo".

Además, nos transmite el sentir del pueblo: "Nosotros seguimos viviendo en octubre, el mes de noviembre para nosotros no ha existido. Cuando me hacen pedidos para Navidad me extraño y digo '¿Navidad?' y ya es cuando caigo en que estamos en diciembre", asegura. Y nuevamente, recordando lo que ocurrió en esos primeros días, relata cómo la gente le pedía lo más necesario para sobrevivir.

"Hice compras para la gente que me lo pedía porque no podían moverse de sus casas. Hicimos 15 o 20 compras en Carrefour para mucha gente, pero todas pagadas por ellos", e insiste que su única función ahora mismo y desde el pasado 29 de octubre es ayudar: "Este fin de semana he traído cunas para niños, calefactores, un sofá para unos abuelos, mantas... Todo lo que van pidiendo y se puede llevar", explica.

Respecto al clima general de la zona confiesa que hay pocos ánimos para celebrar nada. "Yo por ejemplo, he traído cosas propias de Navidad, como nueces o castañas, pero no hemos puesto luces de Navidad. Ningún negocio quiere celebrar nada, cada uno hace la guerra por su cuenta y hace lo que puede", lamenta. Aunque conserva la esperanza de que la situación pueda reactivarse pronto: "Por ejemplo en mi calle sí hay algo de movimiento: la carnicería y algún local, pero por otros sitios no hay nada abierto. Habrá que esperar un tiempo, pero seguro que poco a poco vamos saliendo adelante".

Una Navidad negra, aunque con algunos rayos de luz

Pero sin duda, uno de los momentos más difíciles para cientos de familias llegará en apenas unos días, cuando comience la festividad navideña. Y es que, aunque la vida continúa, "ya nada será como antes". 

En la mayoría de casos, como explica Mónica, "este año no existe espíritu navideño", aunque en su caso, al menos pueden celebrar "que no faltará nadie en la mesa, algo que muchas familias no podrán decir". Pero evidentemente, la realidad es tozuda y cruel, y ninguno de los afectados puede obviar el panorama desolador que les rodea, además del cansancio y la fatiga casi dos meses después de la tragedia. "Además es que no tenemos ni un duro, ¿en qué vamos a gastar? Pues en intentar rehacer nuestras vidas y nuestras casas", asevera.

Sin embargo, donde hay una desgracia, también se buscan los motivos para sonreír, especialmente para los más pequeños. Y como no podía ser de otra manera, en estos últimos días y durante la próxima semana, se están produciendo todo tipo de actos solidarios que implican la recogida y donación de juguetes para los que más están sufriendo las consecuencias de lo ocurrido y que en muchos casos aún no entienden por qué sus vidas han dado un giro de 180 grados de un momento a otro.

  Cartel del Ayuntamiento de Sedaví en el que se agradecen las innumerables donaciones anónimas de todo tipo de juguetes para los más pequeños.

En este sentido, Susana asegura que se están produciendo conciertos, teatros y actuaciones solidarias con el fin de ayudar a que los niños puedan encontrar, al menos, un pequeño remanso de disfrute y paz en los que han sido los peores meses de sus vidas. 

También se están llevando a cabo diversas iniciativas populares en Sedaví y pueblos cercanos de la comarca que se van compartiendo por redes sociales e informan de quedadas en bibliotecas y teatros donde la gente puede ir a realizar donaciones y, en el caso de los afectados, a recogerlas. A pesar de todo, la solidaridad entre los vecinos de estas comunidades permanece firme cuando más lo necesitan. 

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