Este fue el primer hombre en atravesar la barrera del sonido

Este fue el primer hombre en atravesar la barrera del sonido

La dificultad de superar esta barrera radica en la resistencia del aire que se convierte en un fluido compresible cuando un objeto se aproxima a la velocidad del sonido.

Barrera del sonidoMC3 Travis K. Mendoza

La barrera del sonido, ese fenómeno que durante la Segunda Guerra Mundial se consideraba un límite infranqueable para los objetos de gran tamaño en movimiento supersónico, ha sido un desafío constante para la ingeniería y la aeronáutica. La dificultad de superar esta barrera radica en la resistencia del aire que se convierte en un fluido compresible cuando un objeto se aproxima a la velocidad del sonido, que es de aproximadamente 1234,8 km/h a 20 °C2. Este aumento de resistencia, que inicialmente se creía exponencial, resulta en una explosión sónica al ser superada, lo que puede ser perjudicial para el oído humano.

 La barrera del sonido fue un concepto ampliamente discutido durante la Segunda Guerra Mundial cuando los aviones enfrentaban problemas de compresibilidad al alcanzar altas velocidades. Con el tiempo, se demostró que la resistencia del aire no aumentaba indefinidamente, sino que, después de un punto crítico, disminuía.

Charles Elwood Yeager, conocido como Chuck Yeager, fue el primer hombre en atravesar oficialmente la barrera del sonido el 14 de octubre de 19473. Lo logró volando el avión experimental Bell X-1 a una velocidad Mach 1 a una altitud de 45,000 pies.

A pesar de los desafíos y la pérdida de 18 pilotos en el proceso, la superación de la barrera del sonido marcó un hito en la historia de la aviación. Esto abrió el camino para que, en los años 50, con la introducción de nuevas formas de ala y motores de reacción, viajar a velocidades supersónicas se convirtiera en una tarea más accesible.

En un evento histórico, el austriaco Felix Baumgartner se convirtió en el primer hombre en romper la barrera del sonido en caída libre sin ayuda de maquinaria externa el 14 de octubre de 2012, alcanzando una velocidad máxima de 1342 km/h desde una altura de 39,068 metros.

La barrera del sonido ya no es el obstáculo impenetrable que una vez fue, gracias a los avances en aerodinámica y propulsión. La historia de cómo se superó esta barrera es un testimonio de la tenacidad humana y la innovación tecnológica.