Este es el pozo más profundo de España y el segundo del planeta en caída libre
Más grande que monumentos icónicos como la parisina Torre Eiffel y similar a las desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York.
Un pozo vertical con una profundidad equivalente a la altura de las desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York o mayor que la parisina Torre Eiffel se esconde bajo el municipio cántabro de Ruesga, tratándose, con sus casi 436 metros, del pozo más profundo de España y uno de los mayores del mundo. Se trata de un hallazgo que supuso todo un hito a comienzos de 2017.
El Club Cántabro de Exploraciones Subterráneas y Espeleo Club Ábrigu está detrás del hallazgo del Gran Pozo MTDE -así denominado en agradecimiento por la ayuda prestada por parte de la empresa de material espeolológico MTDE- en la Torca del Porrón, al sudeste de la región, que tuvo lugar en verano de 2016 y que no se hizo público hasta un día antes de que acabase dicho año, cuando contaron con la información completa para publicarlo.
Para poder realizar las exploraciones en el Macizo de Porracolina, lugar donde posteriormente se descubriría el pozo, ambos clubes tuvieron que pedir un permiso a la Consejería de Cultura, que presentaron con el aval de la Federación Cántabra de Espeleología. Así fue como comenzaron las exploraciones a principios del año 2016 en esta zona del extremo oriental de la Cordillera Cantábrica.
A partir de ahí, los exploradores comenzaron a agrandar la boca y a realizar los trabajos de desobstrucción para poder acceder al interior. Comenzó el descenso hasta llegar a los 50 metros de profundidad y lanzaron una piedra. Contaron entre 10 y 12 segundos hasta que se oyó el sonido del impacto, gesto que anticipaba el gran descubrimiento. O al menos permitía intuir su magnitud. La falta de material para poder descender hizo que el trabajo hasta la base se pospusiera unos días.
Cuatro días de bajada para llegar al fondo del pozo
Una vez que contaron con el material necesario, hicieron falta cuatro días para poder llegar hasta el fondo del pozo. Cada "10 o 15 metros" había que amarrarse a la pared con un taladro que introduce anclajes de acero que se expanden dentro de la roca. Así, 57 veces y utilizando 600 metros de cuerda para llegar hasta abajo, "un trabajo muy lento y laborioso", indicó en su día Luciano Sedano, uno de los espeleólogos que descendieron al pozo en aquella primera expedición.
También calculaba el experto que una persona en buena forma física puede tardar unas tres horas en volver a la superficie mientras que alguien inexperto puede llegar a necesitar más de ocho horas para salir.
Medición láser para descubrir la profundidad (y su magnitud)
Para medir la profundidad de la Torca del Porrón se utilizó un láser capaz de unir puntos de la cavidad y de medir a partir de ellos la distancia, el rumbo y la inclinación. Luego, con estos datos, el software de un ordenador se encargó de dibujar la forma de la cavidad y mostrar su profundidad. Así se determinó que la Torca del Porrón es el segundo pozo en caída libre -es decir, totalmente vertical- interior más profundo del mundo solo por detrás del pozo de Velebita en Croacia.
Hasta su descubrimiento, la Torca de los Pasiegos -que se comunica con la Torca del Porrón en su base conocida como la 'Sala Maldita'- era el pozo más profundo de España con 345 metros. Ambos se ubican en el Macizo de Porracolina, donde también existen otros pozos como el de Cueto, con 302 metros, o el Pozo Negro de 340 metros, éste último ya ubicado en el sistema del Mortillano, también en Cantabria.