Estas son las diferencias entre el agua mineral natural y el agua de manantial

Estas son las diferencias entre el agua mineral natural y el agua de manantial

El proceso de autorización para la comercialización de agua mineral natural y agua de manantial puede variar dependiendo del país y de las regulaciones locales.

Un vaso llenándose con agua del grifo.Getty Images

El agua es esencial para la vida, y su calidad y características pueden variar significativamente dependiendo de su origen. En el mercado, encontramos diversas opciones de agua embotellada, entre las cuales destacan el agua mineral natural y el agua de manantial. Aunque a simple vista pueden parecer iguales, existen diferencias importantes que las distinguen y que pueden influir en la elección del consumidor.

El agua mineral natural se caracteriza por su pureza y su contenido mineral constante. Este tipo de agua proviene de fuentes subterráneas protegidas de cualquier tipo de contaminación. Una de las características más destacadas del agua mineral natural es que su composición en minerales y oligoelementos es estable y no puede ser alterada por el ser humano. Esto significa que el agua debe ser embotellada en su estado natural, sin ningún tipo de tratamiento químico que modifique su composición original.

Por otro lado, el agua de manantial también proviene de fuentes subterráneas, pero a diferencia del agua mineral natural, su composición mineral puede variar. El agua de manantial se embotella directamente en el lugar de la fuente, pero puede ser sometida a tratamientos mínimos, como la filtración, para garantizar su potabilidad. A pesar de estas diferencias, ambas aguas deben cumplir con estrictas normativas de calidad y seguridad antes de ser comercializadas.

En cuanto a los trámites y procedimientos necesarios para la comercialización de estas aguas, es importante destacar que tanto el agua mineral natural como el agua de manantial deben ser autorizadas por las autoridades sanitarias competentes. Este proceso incluye la realización de análisis químicos y microbiológicos para asegurar que el agua cumple con los estándares de calidad establecidos. Además, las fuentes de donde se extrae el agua deben ser registradas y sometidas a controles periódicos para garantizar su protección y conservación.

Un aspecto relevante a considerar es la regulación específica que aplica a cada tipo de agua. En el caso del agua mineral natural, la normativa es más estricta debido a su composición inalterable. Las empresas que comercializan agua mineral natural deben proporcionar información detallada sobre la composición mineral del agua, así como sobre las características de la fuente de origen. Esta información debe estar claramente indicada en el etiquetado del producto.

Por otro lado, el agua de manantial, aunque también está sujeta a regulaciones, tiene un margen de variabilidad en su composición mineral. Esto permite una mayor flexibilidad en su comercialización, siempre y cuando se cumplan los requisitos de potabilidad y seguridad establecidos por las autoridades sanitarias.

En términos de fechas y plazos, el proceso de autorización para la comercialización de agua mineral natural y agua de manantial puede variar dependiendo del país y de las regulaciones locales. Generalmente, este proceso puede tardar varios meses, ya que incluye la evaluación de la fuente, los análisis de calidad del agua y la revisión de la documentación presentada por la empresa solicitante.