Esta fue la primera fotografía de toda la historia y el lugar donde la puedes ver en la actualidad

Esta fue la primera fotografía de toda la historia y el lugar donde la puedes ver en la actualidad

En 1827, Niépce logró obtener imágenes directamente en positivo, sacrificando así las posibilidades de reproducción de las imágenes, ya que las obtenidas eran únicas.

Vista desde la ventana en Le Gras

Joseph Nicéphore Niépce, un físico y litógrafo francés, es reconocido como uno de los pioneros de la fotografía. Nacido en Chalon-sur-Saône en 1765, Niépce desarrolló un interés por la litografía y comenzó a experimentar con la reproducción óptica de imágenes en 1813. Utilizando gomas resinosas expuestas a la luz del sol, Niépce logró sus primeros éxitos en la obtención de medios sensibles a la luz con asfalto disuelto en aceite de espliego.

En 1814, cuando su hijo se alistó en el ejército, Niépce decidió emplear una cámara oscura junto con sales de plata sensibles a la luz para intentar capturar imágenes fijas. Aunque inicialmente utilizó piedra como soporte, pronto cambió a papel, cristal y diversos metales como estaño, cobre y peltre debido a las dificultades que enfrentaba. En 1825, Niépce obtuvo las primeras imágenes fotográficas de la historia, aunque ninguna de ellas se ha conservado. Estas fotografías eran en papel y en negativo, pero Niépce abandonó esta línea de investigación al no interesarle obtener imágenes negativas.

En 1827, Niépce logró obtener imágenes directamente en positivo, sacrificando así las posibilidades de reproducción de las imágenes, ya que las obtenidas eran únicas. Llamó a este procedimiento heliografía, distinguiendo entre heliograbados y puntos de vista. En 1822, Niépce consiguió fijar una imagen sobre cristal, a la que llamó heliógrafo. Junto con su hijo Isidore, practicaron la litografía desde 1813, utilizando placas de peltre en lugar de piedras calizas litográficas debido a la dificultad de conseguir piedras de buena calidad.

Trabajando solo, Niépce tuvo la idea de registrar fotográficamente una imagen en una placa y grabarla al aguafuerte para imprimirla. Después de varios experimentos infructuosos con cloruro de plata, utilizó betún de Judea, una sustancia fotosensible. Las partes no expuestas se disolvían, revelando el metal en el que se quería grabar al aguafuerte. Niépce logró algunas pruebas con este método, utilizando grabados transparentes como negativos. Uno de sus grabados heliográficos era un paisaje imitado de Claudio de Lorena.

Entre 1824 y 1827, Niépce tomó con cámara oscura una vista de un patio, requiriendo un tiempo de exposición de unas ocho horas. Esta imagen, conocida como “Vista desde la ventana en Le Gras”, es la primera fotografía conocida y se conserva en la Universidad de Texas. Para realizar esta fotografía, Niépce utilizó una plancha de peltre recubierta de betún de Judea, exponiéndola a la luz. Las partes del barniz afectadas por la luz se volvían insolubles, y después de la exposición, la placa se bañaba en un disolvente de aceite de espliego y petróleo blanco, disolviendo las partes no afectadas por la luz. La imagen resultante mostraba claros y sombras en la superficie de la placa plateada.

Aunque Niépce vivía y trabajaba en Borgoña, en un momento de sus investigaciones necesitó una lente nueva y pidió a un pariente que viajaba a París que la consiguiera en la óptica de la familia Chevalier. Los Chevalier conocían a Louis Daguerre y le hablaron de Niépce y sus heliografías. Daguerre intentó asociarse con Niépce y en 1829 firmaron un contrato para desarrollar y comercializar el invento.

Niépce falleció en 1833 a los 68 años, dejando un legado significativo en la historia de la fotografía. Aunque su participación en el invento de la fotografía fue inicialmente eclipsada por Daguerre, su hijo Isidore publicó en 1841 una obra que aclaraba su papel en el desarrollo del daguerrotipo.