Esta CCAA tiene el sueldo más bajo para profesor infantil en España
El salario de un maestro de infantil actualmente puede llegar a alcanzar hasta los 35.000 euros anuales.
La profesión de educador infantil en España ha experimentado una notable evolución en los últimos años, no solo en términos de reconocimiento social sino también en lo que respecta a la remuneración económica. A pesar de que el salario de un maestro de infantil puede alcanzar hasta los 35.000 euros anuales, existen diferencias considerables dependiendo de la comunidad autónoma y el tipo de institución educativa.
En el ámbito de las escuelas privadas concertadas, el salario medio se sitúa en torno a los 1.700 euros brutos mensuales, una cifra que puede incrementarse con el desempeño de funciones directivas o la acumulación de complementos autonómicos. Por otro lado, las escuelas privadas sin concierto ofrecen una media salarial de 1.800 euros brutos al mes, con la posibilidad de aumentar esta cantidad en función de la experiencia y otros pluses.
Sin embargo, es en la Administración Pública donde los educadores infantiles encuentran una mayor estabilidad y calidad de vida, aunque el acceso a estas plazas es más competitivo. Los sueldos en la administración pueden oscilar entre 1.500 y 2.500 euros brutos mensuales, variando significativamente entre las distintas comunidades autónomas.
Ceuta y Melilla destacan por ofrecer los salarios más altos, superando los 2.700 euros mensuales, sin contar con trienios ni otros complementos. En contraste, otras comunidades como Cataluña o Aragón presentan remuneraciones más modestas, quedándose según los registros de 2023 entre los 2.200 y los 2.300 euros.
Los cambios en el sueldo de los educadores infantiles reflejan una tendencia al alza en los últimos años, impulsada tanto por la demanda de profesionales cualificados como por la valoración de la educación temprana en la sociedad. Esta evolución salarial es un indicativo de la importancia creciente que se le otorga a la primera etapa educativa en el desarrollo integral de los niños.
La profesión docente, especialmente en la etapa infantil, es una de las más gratificantes y esenciales para el futuro del país. A pesar de los desafíos que conlleva, como la necesidad de superar oposiciones para obtener una plaza fija, la recompensa de formar a las nuevas generaciones y asegurar un flujo de ingresos estable es un aliciente poderoso para muchos educadores.
