¿Es la piloto o la pilota? La RAE aclara la duda sobre el femenino de piloto

¿Es la piloto o la pilota? La RAE aclara la duda sobre el femenino de piloto

La evolución del lenguaje refleja los cambios sociales y culturales.

Piloto mujer

En el ámbito de la lengua española, la evolución de los términos que designan profesiones ha sido un tema de constante debate y adaptación. Uno de los casos más recientes y discutidos es el del sustantivo “piloto” y su forma femenina. Tradicionalmente, “piloto” se ha utilizado como un sustantivo común en cuanto al género, es decir, que la misma palabra se emplea tanto para hombres como para mujeres, acompañada del artículo correspondiente: “el piloto” o “la piloto”. Sin embargo, en los últimos años ha surgido la forma “pilota”, generando controversia y discusión sobre su validez y aceptación.

La Real Academia Española (RAE), institución encargada de velar por la pureza y el buen uso del idioma, ha abordado esta cuestión en varias ocasiones. Según la RAE, el término “piloto” es correcto para referirse a una mujer que ejerce esta profesión, y así ha sido reconocido en sus diccionarios desde la edición de 2001. No obstante, la aparición de “pilota” como forma femenina ha sido objeto de análisis y, aunque aún minoritaria en su uso, no se considera incorrecta. La RAE explica que “pilota” sigue la pauta general de los sustantivos que designan seres sexuados cuyo masculino termina en -o, formando el femenino sustituyendo esa -o por una -a, como en los casos de “bombero/bombera” o "médico/médica".

El origen del término “piloto” se remonta al italiano, donde la palabra “pilota” se utilizaba para referirse tanto a hombres como a mujeres que desempeñaban esta función. En español, “piloto” se documenta por primera vez en el siglo XV, época en la que muchos italianismos se incorporaron al idioma. Curiosamente, mientras que en italiano “pilota” es la forma común, en español se adoptó “piloto” como término neutro en cuanto al género. Esta adaptación refleja la evolución y las particularidades de cada lengua en su proceso de asimilación de préstamos lingüísticos.

La aceptación de “pilota” en español ha sido impulsada por la creciente reivindicación de formas específicas para designar a las mujeres en profesiones tradicionalmente dominadas por hombres. Este fenómeno no es exclusivo del término “piloto”; otras profesiones han experimentado desdoblamientos similares, como “arquitecto/arquitecta” o “abogado/abogada”. La RAE, en su función de observadora y reguladora del idioma, reconoce que el uso de “pilota” es posible y bien formado, aunque su arraigo en el uso general aún es limitado.

En el ámbito de los medios de comunicación y la sociedad en general, la adopción de “pilota” ha sido gradual y, en muchos casos, objeto de debate. Algunos sectores prefieren mantener el uso de “la piloto” por considerarlo más tradicional y arraigado, mientras que otros abogan por “la pilota” como una forma de visibilizar y normalizar la presencia de mujeres en esta profesión. La RAE no censura el uso de “pilota”, pero subraya que “piloto” sigue siendo la forma más común y aceptada en el español culto.

En conclusión, tanto “la piloto” como “la pilota” son formas correctas para referirse a una mujer que ejerce la profesión de piloto. La elección entre una u otra depende en gran medida del contexto y de las preferencias personales o institucionales. La evolución del lenguaje refleja los cambios sociales y culturales, y la aceptación de nuevas formas lingüísticas es un proceso dinámico que responde a las necesidades y realidades de los hablantes