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El vecino de un pequeño pueblo de Burgos hizo realidad su sueño de construir su propio castillo de 300 metros cuadrados
Sociedad

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El vecino de un pequeño pueblo de Burgos hizo realidad su sueño de construir su propio castillo de 300 metros cuadrados

Un legado de perseverancia y creatividad sin límites.

Un obrero construyendo una casa con ladrillos.Getty Images

Los castillos se erigen como testimonio del ingenio de épocas pasadas, donde cada muro y torre resuena con la historia de un esfuerzo colectivo. Estas fortificaciones reflejan la unión y el trabajo en equipo que permitieron levantar enormes estructuras de piedra con altos muros y torreones. La construcción de un castillo era la culminación de la colaboración de comunidades enteras pero, ¿sabías que un solo hombre fue capaz de levantar su propia fortificación?

Esto ocurrió en la localidad burgalesa de Cebolleros, cuando en el año 1978 uno de sus vecinos comenzó a hacer realidad su gran sueño: vivir en un castillo. Más concretamente, fue Serafín Villarán quien se puso manos a la obra con el Castillo de Las Cuevas, materializando su anhelo con más voluntad que recursos. Hoy esta edificación se erige como un símbolo de pasión y determinación en el paisaje de Burgos.

Serafín emprendió su aventura sin recurrir a las atalayas urbanísticas convencionales. Los materiales utilizados fueron piedras o cantos rodados del cercano río Nela, los cuales fueron colocados de forma manual sobre una base formada por dos antiguas bodegas. El hombre dedicaba fines de semana y casi todas sus vacaciones a construir un castillo que ha conseguido acaparar las miradas tanto de lugareños como de visitantes.

Un castillo casero

Este castillo no solo destaca por la utilización de materiales autóctonos que realzan el entorno natural de la zona, sino también por su increíble tamaño: 300 metros cuadrados y cinco plantas de altura. Además, el interior está decorado con muebles de madera y alberga hasta una chimenea, siendo un fiel reflejo de la constancia de su autor. Desgraciadamente, Serafín no pudo vivir para ver su gran obra terminada por completo.

El emprendedor falleció en 1998, cuando el castillo todavía estaba sin acabar, pero sus hijas y su yerno continuaron la obra para cumplir con el sueño de Serafín. Hoy en día la fortificación tiene un estilo singular que muchos definen como “extraño medievalismo”, siendo una mezcla de medievalismo imaginado y arte popular. Sea cual sea su aspecto, hoy es todo un testamento del empeño de un hombre por esculpir un sueño.

El Castillos de Las Cuevas se alza como un legado de perseverancia y creatividad al alcance de la mano. Este lugar se puede visitar de manera gratuita durante verano: los fines de semana de junio y todos los días de julio y agosto, así como durante Semana Santa y puentes festivos, excepto el de la Constitución. El horario habitual de apertura es de 11:00 a 15:00 horas y de 17:00 a 22:00 horas.