El sushi granadino hecho por la mano de dios
Las recetas asiáticas de unas monjas de clausura que compiten con los mejores restaurantes de la provincia andaluza.
Las monjas Carmelitas de Granada se han pasado el juego, al elaborar sushi y comida asiática, un menú gastronómico que ningún vecino ha podido resistirse a probar.
Desde las tetas de novicia y las pelotas de fraile -unos dulces con sabor a anís rellenos de crema, chocolate o frambuesa- del Convento de las Madres Clarisas de Chinchón, en Madrid, no se veía una oferta tan interesante de unas monjas de clausura.
La idea surgió porque "de junio a septiembre no se come dulce y nosotras teníamos que seguir viviendo", ha indicado sor María Dolores, que lleva más de 50 años en el convento de las Carmelitas de Granada, ubicado en la calle Monjas del Carmen, en el barrio del Realejo. Estas monjas también hacen pastas y mermeladas.
La congregación formada por siete monjas se reunió el verano pasado para ver como podían acercar al público sus obras gastronómicas y, como cinco de ellas proceden de Filipinas, decidieron hacer sushi y platos de Asia. Sor María Dolores ha asegurado que ha sido un éxito: "El sushi no paran de pedírnoslo".
La priora ha confesado que, además, "el éxito ha sido tan grande que nos llamaron de MasterChef para que fuera una monja a la tele a cocinar, pero les dijimos que no podíamos porque somos monjas de clausura". La noticia fue retransmitida por las televisiones de Telecinco y Canal Sur.
Las monjas que no pueden salir de su domicilio por su voto con Dios han conseguido llegar al estómago de todas las personas de Granada. Si antes lo conseguían con sus pastas y sus mermeladas, ahora han conseguido superar a muchos de los restaurantes asiáticos de la ciudad. El mejor sabor de boca es que parte del dinero que recaudan las religiosas con sus recetas lo invierten en buenas obras.
Lo más extravagante para los curiosos que se acercan al convento, es la fachada, que parece más un restaurante que un lugar de culto, pero como se dice, 'la procesión se lleva por dentro'. Las monjas también están atónitas ante el éxito que están teniendo
Debido al gran número de encargos han tenido que comprar muchos más productos para aumentar la producción. Este convento ha logrado hacerse con una clientela fiel que repite incluso varias veces a la semana. "Nosotras ni siquiera conocíamos estas comidas, pero a la gente le gusta y suele repetir", ha puntualizado sor María Dolores.
La oferta de las religiosas incluye pollo, tallarines y sushi como plato estrella. Garantizan una gran variedad y a un precio muy económico. La carrera culinaria de estas monjas de clausura no ha hecho nada más que empezar, pese a la fama que han adquirido en Granada, y ellas están felices de poder llegar a un público tan amplio.