El submarino español que asombra en el extranjero se llena de minas
La Armada se refuerza con nueva tecnología para las pruebas de armamento del S-81 Isaac Peral.
El S-81 Isaac Peral, el primero de la revolucionaria clase S-80 fabricada por Navantia en Cartagena, continúa dando pasos clave para entrar en servicio con plenas garantías. La Armada Española ha reforzado su capacidad tecnológica adquiriendo minas de fondo multiinfluencia y baterías de última generación, elementos esenciales para completar las pruebas de armamento y garantizar su rendimiento en condiciones reales.
Por una parte, ha encargado minas al fabricante español SAES por un importe de 1,3 millones de euros. Estas minas, diseñadas específicamente para los tubos lanzatorpedos del S-80, representan un salto cualitativo respecto a las empleadas en los antiguos submarinos S-70. Por otra parte, AEG Power Solutions Ibérica suministrará 1.104 elementos para las baterías de torpedos de ejercicio DM2A4, una inversión valorada en 1,2 millones de euros. Estas baterías, cruciales para el entrenamiento de la tripulación, estarán disponibles a lo largo de 2025.
Navegación y ajustes técnicos
Desde su recepción en noviembre de 2023, el S-81 ha sumado más de 100 días de navegación, tiempo en el que su tripulación ha puesto a prueba los sistemas del submarino y ajustado detalles técnicos. Durante este periodo, realizaron lanzamientos de maquetas de torpedos en el Arsenal de Cartagena para comprobar el rendimiento de los tubos lanzatorpedos, mientras técnicos de Navantia supervisaban cada maniobra desde el propio buque.
El submarino también ha pasado por varias revisiones en los astilleros de Navantia, donde se implementaron mejoras y ajustes necesarios antes de su entrega definitiva, prevista para finales de noviembre. No obstante, algunos actos simbólicos, como la entrega de la bandera de combate, se han pospuesto debido a las recientes inundaciones provocadas por la DANA.
Tras esta entrega, el S-81 afrontará las evaluaciones y calificaciones operativas imprescindibles para certificar su preparación y la de su tripulación. Estas pruebas culminarán en 2025 con un crucero de resistencia, diseñado para evaluar su capacidad en misiones prolongadas. Una vez superada esta última etapa, el submarino se convertirá en un referente internacional en tecnología naval, consolidando el prestigio de la Armada Española y de la industria militar del país.