El sepulcro prehistórico de Badajoz que se ilumina naturalmente por Navidad y reúne a todos los arqueólogos
Un espectáculo de luz que supone una ventana al pasado.
No hacen falta neones brillantes ni luces gigantes para poder presenciar un espectáculo visual capaz de dejarte sin palabras esta Navidad. A veces, es la propia naturaleza la que, con su infinita precisión y belleza, se encarga de ofrecernos momentos únicos. En ciertos rincones de España, como en un antiguo sepulcro de Badajoz, el sol y la historia se alinean para crear una experiencia mágica que conecta a quienes la contemplan con el pasado.
Cada diciembre, el sepulcro de Huerta Montero, en la ciudad de Almendralejo, se ilumina de manera natural gracias a la posición del sol durante el solsticio de invierno. Este espectáculo de luz, resultado del ingenio arquitectónico de las civilizaciones del pasado, se ha convertido en todo un evento cultural y científico. Cada año reúne a numerosos aficionados de la arqueología y curiosos que acuden durante el primer sol de la mañana, de 9:00 a 10:30 horas.
Este sepulcro es una cámara funeraria del V milenio antes de Cristo, de hace unos 4.650 años. Está compuesto de un corredor que conecta con una cámara circular cubierta por una falsa cúpula que llegó a acoger los restos de hasta 109 personas enterradas. Este diseño, cuidadosamente orientado, permite que la luz del sol entre de manera precisa por el estrecho pasadizo durante las primeras horas del día, iluminando de forma impresionante el interior del sepulcro.
Un viñedo peculiar
El sepulcro de Huerta Montero fue utilizado en dos momentos distintos, con una diferencia de 500 años entre ambos, aunque no fue descubierto hasta hace relativamente poco. Isabel García, responsable de la oficina de turismo de Almendralejo, explica como el terreno donde se asienta esta joya arqueológica no era más que un viñedo en el año 1988, hasta que un señor se puso a excavar para demostrar la eficiencia de su tractor y dio accidentalmente con el sepulcro.
Nada más hacer público el hallazgo, un grupo de arqueólogos se acercó hasta Almendralejo para para estudiar más a fondo este fascinante descubrimiento. De forma completamente voluntaria, dedicaron sus fines de semana durante dos años a excavar el lugar, desentrañando poco a poco los secretos del sepulcro. La gran peculiaridad de este yacimiento es que aún conserva su estado original, ya que no ha habido ningún tipo de reconstrucción posterior.
Durante la excavación, los arqueólogos descubrieron que la cámara se iluminaba de forma natural con el sol de invierno. Por su orientación, los 109 cuerpos que fueron enterrados con diversos amuletos, y que posteriormente fueron recogidos por el Museo Arqueológico, quedaban completamente alumbrados y al descubierto. Ahora, este fenómeno se ha convertido en una tradición que conecta a la población local con su pasado ancestral.
“Al no haberse conservado la bóveda original, actualmente podemos disfrutar del Sol más días, pero en el pasado, cuando la tenía, es posible que el interior solo se iluminara los días 20, 21 y 22 de diciembre”, asegura Isabel García en declaraciones recogidas por National Geographic. Un espectáculo único que convierte al sepulcro de Huera Montero en un lugar digno de visitar y admirar este mes de diciembre.
