El restaurante de Madrid que se confunde con un vagón del metro

El restaurante de Madrid que se confunde con un vagón del metro

Una experiencia inmersiva que va más allá de la comida.

Una imagen de archivo de una mesa de restaurantesammyvision vía Getty Images

En los últimos años, los restaurantes temáticos han ganado popularidad, ofreciendo experiencias únicas que van mucho más allá de la comida. Cada vez surgen locales más originales y de temáticas sorprendentes, diseñados para cautivar a comensales de todo tipo. Estos espacios buscan transportar a los visitantes a universos diferentes, convirtiendo cada comida en una experiencia completa y memorable.

Este es el caso de Mómö, un restaurante de Madrid que simula un vagón de metro de color salmón. Situado en pleno corazón del barrio de Chamberí, este local tan original está inspirado en la película Bullet Train, en la que Brad Pitt y Bad Bunny luchan por su vida en un tren bala de Japón. De esta forma, ofrece una combinación de emociones, sabores y una experiencia inmersiva que los más cinéfilos no podrán perderse.

El local tiene una superficie de 70 metros cuadrados con una morfología alargada, por lo que las opciones de decoración estaban limitadas al espacio. Debido a su aspecto rectangular se planteó la idea de emular un vagón de metro, pero querían que fuera algo más acogedor que los de la capital. Por ello pintaron las paredes con una paleta cálida, concretamente con el tono Peach Fuzz, el ganador de “Pantone of the Year 2024”. 

Sobre su comida

Sin duda, el plato estrella de Mómö es su delicioso “kebab not kebab”, una nueva forma de comer esta receta tan popular mediante un pan pita de estilo griego. ¿El resultado? Una mezcla de sabores con influencias orientales y occidentales, con un toque mexicano en los picantes que se cocina al carbón sobre una parrilla japonesa llamada robata. Además, el pan casero y las cuatro salsas a elegir aportan un sabor único.

Este kebab se puede pedir tanto de pollo como de ternera, ambos acompañados de verduras y envueltos en un papel dorado que genera cierta sensación de exclusividad. Otro factor diferencial es que Mómö no tiene las clásicas patatas fritas, sino que ofrece lo que se conoce como papines, unas patatas pequeñas hechas al carbón y aderezadas con mantequilla negra y cilantro. Finalmente, la carta la completan dos postres especiales: tres leches de pistacho y tres leches de cajeta.  

Una decoración implacable

A la estética de vagón de metro se incorporan varias pantallas donde se proyecta el producto estrella como si de publicidad se tratase, así como también se deja ver una simulación de los típicos paneles de información de las líneas y sus paradas. Además, los asientos son idénticos a los del tren madrileño pero mucho más cómodos, con barras de sujeción a los lados que imitan las del transporte público.

Una decoración muy trabajada que sin duda genera un ambiente muy realista. Desde su apertura el pasado mes de abril, el local ha ganado popularidad no solo por su oferta culinaria, sino también por su peculiar estética, que genera la ilusión de estar comiendo dentro de un vagón en plena estación subterránea. La creatividad y originalidad de Mómö han demostrado ser un imán para quienes buscan algo más allá de una simple comida.