El plan descabellado de los multimillonarios para escapar del fin del mundo
De Jeff Bezos a Elon Musk, los superricos usan el coco para sobrevivir al apocalipsis.
A lo largo de los años, más aún después de una pandemia, la gravedad que tienen ahora los efectos de la crisis climática o la amenaza nuclear de Rusia que sobrevuela la guerra en Ucrania si la OTAN interviene directamente, las teorías conspiradoras que plantean un escenario apocalíptico en la Tierra se han disparado hasta dar pie a especulaciones como la que apunta a que algunos multimillonarios se preparan para un posible fin del mundo.
"Esas personas inmensamente ricas son conscientes de que nos vamos al carajo y lo que están haciendo es diseñar un plan B, muy restringido, fundamentalmente basado en huir del mundo para protegerse ellos y ellas solas". Aunque fue la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la que pronunció estas palabras en un mitin de Sumar de las últimas elecciones generales, la ocurrencia puede encontrarse en La supervivencia de los más ricos, el último ensayo de Douglas Rushkoff publicado en España en el que señala las inversiones y planes que tienen las personas más ricas del planeta para escapar de la Tierra, ya sea por un cataclismo, una guerra nuclear o el colapso de la sociedad.
Como explica el portal Enclave ODS de El Español, entre los nombres más destacados asociados a estas teorías y planes se encuentran Elon Musk, fundador de SpaceX y Tesla, quien ha hablado abiertamente sobre la necesidad de colonizar Marte, eso sí, después de pagar 135.000 euros para asegurarse una plaza para viajar al planeta rojo.
También aparece el fundador de Amazon, Jeff Bezos, quien invierte en empresas como Blue Origin, centrada en el desarrollo de la tecnología para que los viajes comerciales al espacio sean una realidad, y que después de anunciar su entrada en la compañía, en 2018, auguraba: "Vamos a abandonar este planeta. Nos iremos, y la gente que quiera quedarse podrá hacerlo", vaticinaba el magnate.
Peter Thiel, cofundador de PayPal y uno de los hombres más ricos del planeta, también ha invertido en empresas cuyo objetivo es el de crear tecnologías de supervivencia, como búnkers subterráneos y sistemas de purificación de agua. De hecho, invierte parte de su en startups con ideas extravagantes, practica la dieta paleo, sueña con encontrar la cura de la muerte y su nombre figura en la lista de participantes inscritos en el proyecto de criogenización de Alcor Life Extension Foundation.
Los planes descabellados de los multimillonarios para escapar del fin del mundo varían de uno a otro pero sí tiene algunos elementos en común: construir grandes infraestructuras en las que albergar al mayor número de personas que, previo paso por caja, quieran protegerse ante cualquier amenaza, desde un ataque nuclear hasta otra pandemia.
Por un lado está la construcción en Nueva Zelanda de búnkeres subterráneos en los que, según la revista The New Yorker, habrían invertido los inversores, banqueros y hombres de negocios de Estados Unidos implicados en lo que parece un plan de supervivencia para ricos en caso de que un evento de cualquier naturaleza devastase el planeta.
Otros visionarios multimillonarios, sin embargo, apuestan por la colonización del espacio y otros planetas del sistema solar a bordo de gigantescas naves espaciales, como la que pretende construir Jeff Bezos a partir del conocido como Toro de Stanford, un modelo científico desarrollado en los años 70 que a muchos puedes sonarle si han visto la película Elysium, con Matt Damon y Jodie Foster como protagonistas.
El último de los planes que tienen los multimillonarios para sobrevivir al apocalipsis está en la construcción de grandes granjas refugio que, a diferencia de las otras iniciativas, funcionarían en la superficie de una Tierra arrasada y que garantizarían un suministro de alimentos continuado en núcleos de población que habrían sobrevivido a una hecatombe.
Los planes de todos estos multimillonarios no están exentos de polémica. El carácter elitista de muchas propuestas, solo los más ricos podrían acceder a sus infraestructuras, dejando a la mayor parte de la población sin posibilidad de escapar del apocalipsis.
Además, los más críticos aseguran que las ideas de los megarricos carecen de realismo y no abordan adecuadamente la complejidad de los desafíos que podrían surgir en un escenario apocalíptico como el que plantean, con seria preocupación por el impacto ambiental que pueda tener la construcción de búnkeres subterráneos y naves espaciales, así como el de la colonización espacial.