El pequeño 'intruso' que aparece en muchas neveras que pasa desapercibido y que es todo un riesgo para la salud
Es muy importante prevenirlo para evitar graves problemas.

La humedad y el agua en el frigorífico pueden ser una gran molestia, además de que pueden generar problemas de salud y económicos. Por ello, es crucial entender por qué se acumula el agua y cómo solucionar este problema para evitar consecuencias mayores.
Hasta cierto punto, la presencia de humedad en la nevera es algo natural. Ocurre cuando el aire caliente entra y se enfría dentro del electrodoméstico, produciendo condensación. En pequeñas cantidades, esto no supone un problema, pero cuando la condensación se acumula en charcos grandes, es una señal de que algo no funciona correctamente y se corre el riesgo de sufrir varios problemas, tal y como señala el portal Utopia.de.
Por un lado, la presencia de agua acelera la descomposición de los alimentos, lo que implica un desperdicio de productos y un posible riesgo para la salud. Por otro, el ambiente húmedo favorece la aparición de moho, que también puede resultar peligroso para la salud.
Causas comunes y soluciones
Es fundamental limpiar el agua acumulada, además de identificar y abordar la causa del problema para evitar que vuelva a ocurrir. Estas son algunas de las razones más comunes por las que se puede producir un exceso de humedad, así como la solución a cada una de ellas:
- Desagües obstruidos. Un agujero bloqueado impide que la condensación drene correctamente y se acumule agua en la parte inferior del refrigerador. Para evitar esto, hay que limpiar el desagüe con un palillo o hilo puede solucionar el problema. Si hay moho, una limpieza profunda es necesaria.
- Fugas en el sello de la puerta. Una junta dañada permite la entrada de aire caliente, aumentando la humedad y el consumo de energía. Una inspección sencilla y un reemplazo periódico pueden ayudar a solucionar este problema. Un truco para verificar la estanqueidad es colocar una linterna dentro del frigorífico y comprobar si la luz se filtra por los bordes de la puerta.
- Apilamiento incorrecto y comida caliente. Colocar alimentos demasiado cerca de la pared trasera o abarrotar la nevera impide la correcta circulación del aire. Además, introducir comida caliente aumenta la humedad y el gasto energético. Lo ideal es dejar enfriar los alimentos antes de guardarlos.
- Apertura frecuente de la puerta. Cada vez que se abre el frigorífico, entra aire caliente que provoca condensación. Reducir la frecuencia con la que se abre la puerta y asegurarse de cerrarla bien ayuda a minimizar el problema.