El higiénico motivo por el que no deberías meter a tu bebé en una piscina pública
Uno de los principales riesgos en las piscinas es la posibilidad de infecciones.
El verano es una época en la que las piscinas se convierten en el centro de diversión para muchas familias. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta los riesgos que pueden presentarse, especialmente para los bebés y niños pequeños. La vigilancia constante por parte de los adultos es esencial para prevenir accidentes y enfermedades. Los padres deben estar siempre atentos y no delegar esta responsabilidad en los socorristas o en otros niños mayores.
Uno de los principales riesgos en las piscinas es la posibilidad de infecciones. Los vómitos, las heces y la presencia de animales en el agua pueden ser fuentes de bacterias y virus que afectan la salud de los más pequeños. Es crucial que los padres tomen medidas preventivas para evitar que sus hijos se enfermen. Por ejemplo, es importante asegurarse de que los niños no entren al agua si están enfermos o tienen diarrea. Además, es recomendable que los bebés usen pañales especiales para el agua que eviten la contaminación.
La higiene personal también juega un papel fundamental en la prevención de infecciones. Antes de entrar en la piscina, es aconsejable que todos se duchen para eliminar cualquier residuo de sudor, cremas o suciedad que puedan llevar en el cuerpo. El uso de chancletas y gorros también ayuda a mantener la piscina limpia y a reducir el riesgo de infecciones.
Otro aspecto a considerar es la calidad del agua de la piscina. Es responsabilidad de los propietarios y administradores de las piscinas asegurarse de que el agua esté adecuadamente tratada y desinfectada. El cloro y otros productos químicos deben estar en niveles adecuados para eliminar bacterias y virus sin causar irritaciones en la piel o los ojos de los bañistas. Los padres deben estar atentos a cualquier señal de que el agua no está en condiciones óptimas, como un olor fuerte a cloro o agua turbia.
La presencia de animales en las piscinas también puede ser un riesgo. Los animales pueden introducir bacterias y parásitos en el agua, lo que aumenta el riesgo de infecciones. Es importante que las piscinas estén bien cercadas para evitar que los animales entren en el área de baño. Además, los propietarios de mascotas deben asegurarse de que sus animales no tengan acceso a las piscinas.
La Asociación Nacional de Seguridad Infantil recomienda la norma 10/20 para la vigilancia en las piscinas: cada 10 segundos, el adulto responsable debe mirar si hay menores en el agua o cerca de ella, y no debe tardar más de 20 segundos en llegar hasta ellos1. Esta medida, junto con otras precauciones, puede ayudar a prevenir accidentes y garantizar la seguridad de los niños en las piscinas.
En resumen, la prevención es la clave para disfrutar de las piscinas de manera segura. La vigilancia constante, la higiene personal, el tratamiento adecuado del agua y la prevención de la entrada de animales son medidas esenciales para evitar accidentes y enfermedades. Los padres deben estar siempre atentos y tomar todas las precauciones necesarias para proteger a sus hijos mientras disfrutan del agua.