El fármaco antipsicótico que podría reducir la mortalidad por COVID-19
El motivo es su incidencia directa en el control de las vías inmunológicas y las enzimas inflamatorias inducibles.
Un equipo de investigadores del Sistema Sanitario Público de Andalucía ha descubierto que el aripiprazol, un fármaco antipsicótico, podría reducir la mortalidad asociada al COVID-19, según ha anunciado este miércoles la Junta de Andalucía.
Científicos de diversas instituciones vinculadas a la sanidad pública, como la Plataforma de Medicina Computacional de la Fundación Progreso y Salud o el Instituto de Biomedicina de Sevilla han estudiado la incidencia de fármacos antipsicóticos en casi 16.000 pacientes con COVID-19.
"Nuestro objetivo era saber si los antipsicóticos podrían tener alguna incidencia, tanto positiva como negativa, en los cuadros clínicos mortales que provoca esta enfermedad", explica Joaquín Dopazo, el director de la Plataforma de Medicina Computacional.
Para ello, los científicos han estudiado ocho fármacos antipsicóticos y solo el aripiprazol ha revelado una disminución significativa del riesgo de muerte por COVID-19 porque, según los investigadores, tiene una incidencia directa en el control de las vías inmunológicas y las enzimas inflamatorias inducibles, fundamentales en el virus.
Explotar los 'datos del mundo real'
Para elaborar el estudio, cuyos resultados se han publicado recientemente en Scientific Reports, los investigadores han recurrido a la Base de Población Sanitaria (BPS) del Sistema Sanitario Público de Andalucía, un extenso recurso de historia clínica electrónica puesto en marcha en 2001. Con más de 15 millones de usuarios, esta base es uno de los repositorios de datos clínicos más extensos del mundo y constituye un recurso "excepcional" para estudios de generación de evidencia del mundo real.
Este tipo de estudios se basan en explotar los denominados 'datos del mundo real', todos aquellos referidos a la salud de los pacientes y la prestación de servicios sanitarios que se recopilan de forma rutinaria y desde distintas fuentes de información, como las historias clínicas electrónicas, los registros de medicamentos o la información de salud procedente de dispositivos móviles, entre otras.
Así, los investigadores destacan la necesidad de combinar estudios experimentales y clínicos para dilucidar la relevancia y repercusiones que podría tener el uso de antipsicóticos durante la pandemia de COVID-19 y en general en una infección por el virus.
