El falso truco de las estatuas a caballo para saber la forma en la que murió el personaje
Siempre se ha creído que es un método inequívoco para conocer cómo fue el destino final del jinete, pero es un mito.
Las estatuas ecuestres son muy frecuentes en todas las ciudades españolas. Carlos III tiene la suya en la Puerta del Sol de Madrid, pero no es el único. Felipe IV luce también en la plaza de Oriente, al igual que Felipe III en la Plaza Mayor de la capital.
Y según una extendida teoría hay un truco para saber si los personajes que están representados en estas estatuas han muerto de forma natural o peleando en una batalla.
Según este extendido mito, si el caballo tiene las dos patas levantadas, eso significa que esa persona murió en combate. Sin embargo, si solamente tiene una de las dos patas delanteras hacia arriba, el personaje falleció por heridas de guerra.
Y en caso de que el caballo tenga las cuatro patas sobre la tierra, significa que la persona que está montándolo falleció por causas naturales. Pero no es verdad.
¿Por qué es un falso mito?
Muchos historiadores han desmentido ya este conocido truco. Y es que no todas las estatuas han sido creadas atendiendo a este criterio. Uno de los grandes ejemplos es la escultura ecuestre de Felipe III en la Plaza Mayor de Madrid, en la que se puede ver cómo el caballo tiene una de sus patas levantadas. Sin embargo, atendiendo a los libros de Historia, Felipe III murió por una enfermedad infecciosa a los 43 años y no por las heridas de una batalla.
Lo mismo sucede con la imagen de Felipe IV en la plaza de Oriente de Madrid. El caballo tiene ambas patas levantadas, lo que daría a entender que el monarca falleció en el campo de batalla. No obstante, es falso, puesto que falleció en un accidente durante una cacería a los 60 años.