El extraño árbol del tomate que apenas entra en España
Con un sabor más fuerte, ácido y sabroso.
Si hay un alimento que nos acompañe en todas las comidas y recetas, ese es el tomate. De esta comida se ha debatido si era fruta o verdura, y gano que era fruta, aunque nadie la tome de postre.
Aun así, esta fruta tan versátil de la gastronomía española e hispanoamericana, se puede tomar de mil formas: en ensalada, para hacer una pasta, seco para acompañar un sandwich, asado en el horno con pimienta y sal o incluso liofilizado.
La ciencia lo ha apodado como lycopersicum, y en regiones con clima tropical de Sudamérica, de donde es originario, puede ser perenne, y en España, por otro lado, solo podrá cultivarse de primavera a otoño, según Muy Interesante.
Hay una variedad de esta fruta que nace de un árbol y no de una baya, una peculiaridad que lo hace destacar en el mundo de la agricultura. Este curioso tomate se conoce como Solanum betaceum.
El origen del fruto se remonta a los bosques andinos entre Ecuador y Colombia y hasta las tierras altas de Perú y Bolivia. Este árbol puede alcanzar los seis metros de altura y una esperanza de vida de 12 años.
En España este árbol se sembró en la década de los años 60, en Asturias, en un primer momento, como especie decorativa. Sus grandes hojas de casi un metro le hacen brillar en cualquier lugar, y los frutos que da se presentan en solitario o en ramilletes de entre tres y doce tomates.
Este tomate es parecido a la variedad pera, pero de un rojo más intenso, casi granate, y la piel más resistente. En cuanto al sabor es más fuerte, ácido y sabroso. Además de todas las propiedades que tiene para la salud.