El coche que llegó a España hace más de medio siglo y que ahora triunfa en Japón
A día de hoy continúa siendo uno de los coches más vendidos en la historia de Renault.
Para muchos es considerado como uno de los coches más icónicos -sino el que más- que jamás haya fabricado Renault. Y es que, la marca francesa, que cuenta ya con más de 120 años de recorrido a sus espaldas, vivió uno de sus momentos más prósperos en la década de los 60, con el célebre y reconocidísimo Renault 4L.
La historia de este automóvil, del que se han vendido más de ocho millones de ejemplares, significó un antes y un después para muchos tras su presentación en el año 1961 y ser producido en casi cualquier rincón del mundo.
Y esto no es ninguna exageración, ya que la firma contó con fábricas en los cinco continentes, haciendo que su Renault 4L fuera todo un éxito, haciéndolo accesible, y en un momento en el que su principal competidor fue el Citroën 2CV.
En España tuvo una de sus principales fábricas en Valladolid, donde se estuvo fabricando durante casi tres décadas, entre 1963 y 1991. Con el transcurso de los años y el avance en la industria de la automoción hizo que este modelo se viera relegado al tiempo que adquiría un valor incalculable para muchos, elevándolo a la categoría de coche histórico pudiendo obtener por un pecio comprendido entre 2.000 y 6.000 euros.
Pero sin duda, una de las cosas que nunca pudieron esperar en la marca francesa es que pasadas las décadas, se convirtiera en un bien tan preciado por el que pagar millones por una unidad hasta el punto de adaptar la estética de otros automóviles a la del Renault 4L.
En qué consiste esta adaptación
Para llevar a cabo esta adaptación, los japoneses utilizan el modelo Suzuki Alto, vehículos de pequeño tamaño pensados para conducir por entornos urbanos, al contar con formas muy cuadradas y compactas.
De esta forma, el Suzuki Alto hace que pase por el Renault 4L, también denominado Cuatro Latas gracias a este kit, que permite modificar e igualara la estética frontal, trasera o ambas e incluso pintarlo con alguno de los colores originales del modelo.
Actualmente se puede conseguir por un precio de 420.000 yenes con la pintura no incluida, lo que suponen unos 2.600 euros sin pintar. Esto supone una opción magnífica para todos los enamorados de este modelo que, al que por su exclusividad no pueden acceder.