El agresivo pez sin miedo al ser humano entra a las playas españolas
Sus características físicas lo convierten en una de las especies más llamativas y peculiares del fondo marino.
En los últimos años han sido muchos los casos notificados de mordedura de un pez desconocido para la mayoría pero que, en época veraniega se hace notar en el mediterráneo cada vez con más frecuencia, como el pasado verano, cuando hasta ocho bañistas comunicaron haber sufrido mordeduras y pinchazos en la playa de Calonge i Sant Antoni, en Girona.
Su nombre científico es Ballistes Carolinensis, coloquialmente conocido como pez ballesta, y presenta unas peculiaridades que lo hacen único en su especie. En primer lugar, lo que más resalta es su aspecto físico; con unos 40 centímetros de largo, sobre su cabeza cuenta con radios espinosos, que le sirven de gran ayuda en momentos de alerta.
Además, cuenta con una piel dura y repleta de escamas grises. Según cuentan los científicos, presentan una peculiaridad respecto al resto de ejemplares de su misma familia al contar con dos espinas con las que puede oponer gran resistencia ante sus depredadores al construir una especie de estructura rígida, muy útil para momentos peligrosos.
Diurnos, defensivos y rocosos ante los depredores
En cuanto a su características faciales, llama la atención que cada ojo actúa por libre, pudiendo detectar amenazas de una forma sencilla, algo similar a lo que ocurre con sus aletas.
Junto a esto, cuenta también con una boca picuda con hasta ocho dientes afilados, con los que planta cara a sus depredadores o, en su defecto, muerde a los bañistas, que, en su mayoría definen como un dolor leve, aunque puede salir sangre.
Al tratarse de peces diurnos, es muy normal encontrarlos en el fondo marino nadando con los buceadores, y es que, a pesar de no ser especialmente buenos nadadores, no temen al ser humano, por lo que es fácil encontrarlos en compañía de seres humanos.
¿Dónde se ubican los peces ballesta?
Por naturaleza podrían definirse como peces de 'fondo marino' aunque cada vez es más fácil encontrarlos en todo tipo de mares, como en nuestro caso, en el Mediterráneo o Atlántico, donde su presencia ha aumentado durante los últimos años, aunque su tendencia natural sea huir hacia fondos rocosos -ya que se alimentan de zooplancton o algas, aunque también pueden comer erizos o especies con conchas más rudas- que se encuentren cerca de la costa.
Hasta el momento se han catalogado unas 40 especies de peces ballesta, que desarrollan su actividad vital en los mares y océanos de todo el mundo, aunque cuenta con una mayor presencia en la zona del Indo-Pacífico tropical.
Pese a ello, su peculiar aspecto les está costando la vida en muchos lugares, debido a su colorido tan llamativo, que lo convierte en una potencial presa para la pesca masiva y su posterior venta a acuarios.