El 11M, explicado a los jóvenes que no habían nacido hace 20 años

El 11M, explicado a los jóvenes que no habían nacido hace 20 años

El aniversario puede acabar cayendo en el olvido entre la generación Z y sucesivas, que no han vivido el mayor atentado de la historia de nuestro país.

Así quedo uno de los trenes tras las bombas del 11 de marzo de 2024.WireImage/Getty Images

El 11 de marzo de 2004 cambió la vida de muchas personas en nuestro país: 192 hombres y mujeres fueron asesinados en el mayor ataque terrorista que ha vivido España. De alguna manera o de otra todos fuimos conscientes de esta gran tragedia, incluso quienes teníamos casi 9 años y estábamos en tercero de primaria aquel fatídico día.

Ese jueves permanecerá en la memoria de las víctimas, sus familiares, los servicios de emergencias, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, los periodistas, y todos los que, desde sus casas, no se despegaron ni un segundo del televisor. Pero no será igual para la generación Z y posteriores, sobre todo para aquellos que nacieron después de 2004. Ellos no vivieron esta tragedia hace 20 años y muchos admiten su desconocimiento sobre tan fatídico día.

Qué pasó exactamente el 11 de marzo de 2004

Era un jueves normal y corriente en Madrid, con el típico trasiego de gente de aquí para allá y las prisas por no llegar tarde al trabajo, a la universidad, al colegio... A las 7:37 horas todo cambió. Fue cuando se produjeron las tres primeras explosiones en Atocha, que provocaron 34 muertos.

Pero la masacre no terminó allí y a las 7:38 horas explotaron otras dos bombas en la estación de El Pozo (Puente de Vallecas) -donde murieron otras 65 personas- y una más en la estación de Santa Eugenia -que se llevó por delante la vida de 14 personas-. Un minuto después, a las 7:39 horas, cuatro bombas estallaron en la calle Téllez y dejaron otros 63 muertos.

En total, 192 personas murieron y otras 1.856 resultaron heridas, algunas de mucha gravedad, con amputaciones de una o varias extremidades. 

Equipos de emergencias retiran los cuerpos de algunos de los muertos en el ataque del 11M de Madrid, en la estación de Atocha.Denis Doyle / ASSOCIATED PRESS

No, nunca fue cosa de ETA

Tras el estallido de las bombas, y teniendo en cuenta que ETA llevaba casi cuatro décadas infundiendo el miedo en la población con atentados, los primeros pensamientos de todos los españoles fueron a parar a la organización terrorista. De hecho, la primera persona que condenó los atentados del 11M -a las 9:30 horas- fue Juan José Ibarretxe, el Lehendakari, convencido de que éste era un movimiento más de ETA.

Pero a las 10:50 horas la Policía encontró una furgoneta Renault Kangoo cerca de un colegio en Alcalá de Henares. Del interior se extrajeron siete detonadores y un cartucho de Goma 2 Eco, además de una cinta con versos coránicos. A esa hora, todo debía haberse esclarecido: los tres ocupantes de ese vehículo eran algunos de los autores de la matanza y nada tenían que ver con ETA.

El exportavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, compareció al mediodía -sobre las 13:00 horas- para asegurar que "ni como mera hipótesis" se contemplaba que la banda terrorista fuera la autora de estos atentados. Sin embargo, el Gobierno -ante la inminente celebración de las elecciones generales el día 14 de marzo- se afanó en atribuir la autoría a la organización terrorista vasca. Y a las 13:30 horas el ministro del Interior, Ángel Acebes, salió a hablar ante los medios para descalificar a Otegi y señalar a ETA como autora del atentado. 

Aznar, entonces presidente del Gobierno, se hizo esperar durante toda la mañana. Compareció a las 14:30 horas y definió el atentado como "una infamia". Mantuvo, al igual que Acebes, la tesis de la banda terrorista vasca. Las horas pasaron y no fue hasta las 20:15 horas cuando el ministro del Interior volvió a comparecer para informar sobre el hallazgo de la furgoneta con explosivos en Alcalá de Henares. 

Finalmente, a las 21:30 horas de ese 11 de marzo de 2004, la agencia Reuters se hizo eco de una carta recibida en la sede del Al Quds Al-Arabi, un diario árabe editado en Londres en lengua árabe. En ella, la organización terrorista Al Qaeda reivindicaba los ataques a los trenes de Madrid y los calificaba como un "viejo ajuste de cuentas" con España. En ese momento se despejaron todas las dudas.

Quedaba pendiente, eso sí, esclarecer cómo habían conseguido esa cantidad de explosivos sin haber sido detectados por la policía. Y aquí es donde entró en juego la avaricia de un exminero -Emilio Suárez Trashorras- y un delincuente juvenil -Gabriel Montoya 'Baby'-, que vieron la oportunidad de hacerse ricos al intercambiar la dinamita que hizo estallar los trenes de Madrid por una buena cantidad de hachís. Ambos robaron los explosivos de Mina Conchita, en Asturias.

Un grupo de rescatadores ayudan a las víctimas de uno de los trenes atacados en Atocha, el 11 de marzo de 2004.Paul White / AP

Manipulación mediática y teoría de la conspiración

Tras el mayor atentado de la historia de nuestro país, las redacciones se pusieron manos a la obra rápidamente y todos los periódicos sacaron una edición especial al mediodía para informar sobre la tragedia. La mayoría hablaban de "masacre" (ABC), de "asesinos" (La Razón) o de "matanza" (El País), atribuyendo este último las explosiones a ETA.

¿Por qué lo hizo si a esa hora ya se había descubierto la furgoneta con la cinta con versos del Corán? Jesús Cebeiro, director del diario en ese momento, asumió como verdad la palabra del presidente del Gobierno, que le llamó personalmente para convencerle al respecto. Fue entonces cuando decidió cambiar el titular previsto, "neutro", según sus explicaciones posteriores, por "Matanza de ETA en Madrid".

No fue el único al que le sonó su teléfono móvil y se sorprendió al leer el nombre de Aznar en la pantalla: seis directores de las principales cabeceras españolas recibieron esa misma llamada en la que se trató de apuntar para otro lado para llegar al 14 de marzo con la mentira de ETA. Se trataba, pues, de una campaña de desinformación para tratar de impedir que la población española vinculase las bombas de los trenes con el apoyo a Bush y la invasión de Irak.

La manipulación mediática llegó también a la televisión. George Bush y su esposa Laura ofrecieron a TVE una entrevista en exclusiva el 12 de marzo para mostrar su apoyo al pueblo español, algo nunca antes visto por parte de un presidente de Estados Unidos. Lorenzo Milá, corresponsal en Washington entre 2003 y 2004, fue el periodista encargado de hacer las preguntas que parece que no gustaron a "los de arriba".

Pese a que en un inicio se había acordado la emisión íntegra de esta charla, finalmente Alfredo Urdaci, exdirector de informativos de TVE, decidió que fueran apenas un par de totales los que salieran a la luz. Es ahora cuando La 1 ha emitido la entrevista al completo con motivo del 20 aniversario de la tragedia.

Por si fueran pocas las dudas que se crearon entre la autoría de ETA o Al Qaeda, en aquellos días surgió también una teoría de la conspiración relacionada con una mochila que se encontró en Vallecas, en cuyo interior había un artefacto explosivo. El diario El Mundo  y su director se empeñaron en difundir que ese objeto nunca estuvo entre los que la policía recogió de los trenes y que había sido parte de una colaboración para inundar de pruebas falsas el sumario.

Estas acusaciones apuntaron directamente a Rodolfo Ruiz, comisario de Puente de Vallecas aquel 11 de marzo. Fue ascendido posteriormente a jefe de la Brigada de Información de Madrid, una promoción duramente criticada por la oposición, quien justificaba así su servicio al PSOE. Este policía estuvo bajo sospecha durante años, algo que afectó directamente a su familia. Su mujer y su hija cayeron en una profunda depresión, y en 2008 la primera no aguantó más el injusto escarnio público al que estaban sometidos y se suicidó. Ella fue la víctima número 193 de esta tragedia.

Condenas de más de 42.000 años de prisión

El juicio por los atentados del 11M se celebró entre el 15 de febrero y el 2 de julio de 2007. Fueron 57 sesiones en las que se consideró probado que los autores de los ataques eran los miembros de una célula yihadista y que no había ningún tipo de implicación por parte de ETA. Siete de ellos se inmolaron al ser descubiertos por la policía en un piso en Leganés el 3 de abril de 2004, así que no pudieron ser castigados públicamente.

Al llegar al juicio había 29 acusados y 8 de ellos fueron absueltos. La penas más largas fueron para a Jamal Zougam (42.922 años) y Othman el Gnaoui (42.924 años) al quedar demostrada su participación como autores materiales e imputárseles 192 asesinatos y 1.857 asesinatos en grado de tentativa, así como su pertenencia a banda terrorista y otros delitos de estragos terroristas y falsificación de documentos. La tercera persona con mayor condena fue Emilio Suárez Trashorras, el exminero que proporcionó los explosivos con los que se perpetraron los atentados (34.715 años y medio).

El resto fueron acusados de penas menores: pertenencia a banda armada, colaboración con banda armada, tenencia o depósito de explosivos, tráfico y suministro de explosivos, transporte de explosivos o falsificación de documentos. Todos ellos fueron expulsados a sus países de origen al término del cumplimiento de la condena y, actualmente, los únicos que pertenecen entre las rejas españolas son los tres condenados con miles de años de cárcel.

Zougan concluirá su condena el 2 de marzo de 2044 y el Gnaoui el 19 de marzo de 2044, tras pasar ambos 40 años en la cárcel, ya que en España no se permite la privación de la libertad durante más tiempo. El caso de Trashorras es diferente: aunque tendría que permanecer encerrado hasta el 3 de marzo de 2044, recientemente ha solicitado la eutanasia debido a la supuesta falta de tratamiento adecuado para su salud mental -está diagnosticado con esquizofrenia- y a la larga condena a la que tiene que hacer frente. Lo que todavía no se sabe es si le será concedida.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Tamara González Sánchez es redactora de actualidad en El HuffPost. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Valladolid, con Máster en Reporterismo de Televisión en la Universidad Rey Juan Carlos. Antes de llegar aquí estuvo dos años en RTVE, trabajó en 'La Voz de Medina' y Cáritas Autonómica de Castilla y León, e hizo sus prácticas universitarias en La 8 de Valladolid y 'La Mañana' en La 1.

Puedes contactar con ella en: tgonzalez@huffpost.es