Doñana pierde uno de los animales más enigmáticos 

La organización Ecologistas en Acción ha lamentado que la sobreexplotación del acuífero costero de Doñana, junto con la plantación masiva de eucaliptos y pinares de repoblación, ha provocado la desecación de las lagunas peridunares y la "desaparición de la especie de ave torillo andaluz", recoge Europa Press. Según la organización, la empresa Aqualia, subcontratada por el Ayuntamiento de Almonte para la gestión del agua en Matalascañas, intenta minimizar este hecho.

La citada especie, de acuerdo a SEO BirdLife, ha sufrido debido a la destrucción "de algunas de las mejores áreas litorales de la Península como consecuencia del avance de la agricultura, el turismo masivo y una mal entendida política forestal". 

Pequeña, con plumaje críptico y una franja rojizo-anaranjada en el pecho, esta ave ha pasado de ser relativamente común a ser una "una auténtica ave fantasma, de la que existen muy pocos indicios ciertos sobre su presencia".

Situación de las lagunas peridunares

En lo que se refiere a las lagunas, en los años 80, la Laguna del Brezo se secó coincidiendo con la consolidación de Matalascañas como núcleo turístico. En los años 90, las Lagunas del Charco del Toro y la del Pino también se secaron debido a la expansión de la zona conocida como Caño Guerrero. Entre 2010 y 2020, las lagunas del Navazo del Toro, El Ojillo, La Parada, del Taraje y El Zahillo también se desecaron, afectando gravemente a la biodiversidad del Espacio Natural de Doñana.

Ecologistas en Acción ha señalado que la extracción de agua para abastecer a Matalascañas, especialmente en verano cuando la población puede llegar a los 150.000 habitantes, ha contribuido significativamente a la desecación de estas lagunas. La organización ha calificado esta situación como un “ecocidio” y ha instado a abandonar las extracciones subterráneas y a utilizar aguas superficiales para el abastecimiento de Matalascañas.

Finalmente, la organización ha advertido que si no se toman medidas para revertir esta situación, la intrusión salina podría hacer irreversible la desecación de las lagunas, poniendo en peligro uno de los ecosistemas más amenazados de Doñana.