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Desde la Puerta del Diablo a la Puerta de Hierro: otras entradas a Madrid más allá de la Puerta de Alcalá

Desde la Puerta del Diablo a la Puerta de Hierro: otras entradas a Madrid más allá de la Puerta de Alcalá

Monumentos cargados de significado e historia.

La Puerta de Alcalá de Madrid.GETTY images

La Puerta de Alcalá es sin duda una de las construcciones más emblemáticas de Madrid. Se consolida como el primer arco del triunfo de Europa, habiendo sido construida en 1778 por encargo de Carlos III. Es todo un referente mundial en el ámbito de la historia y el arte, así como uno de los monumentos más icónicos de la ciudad. Sin embargo, Madrid cuenta con otras puertas que también marcaron su historia y viven a su sombra.

Antes de hablar de estas emblemáticas entradas a la capital, debemos mencionar algunas otras puertas que han desaparecido con el paso del tiempo, cayendo en el olvido de la memoria colectiva. Este es el caso de la Puerta del Diablo, también conocida como Puerta de Valnadú, uno de los accesos de la muralla cristiana del siglo XII. Estaba situada en torno a la actual plaza de Ópera y a sus pies había una piedra en la que el diablo había dejado marcada la huella de su mano, según la leyenda recogida en el archivo de la Memoria de Madrid.

Esta puerta fue demolida en 1567 para facilitar la expansión de la capital tras el establecimiento definitivo de la Corte por orden de Felipe II. No obstante, desde 1991 hay una placa conmemorativa en la confluencia de las calles de la Unión y de Vergara que recuerda el lugar donde estuvo situada esta puerta. “En este lugar existió la Puerta de Valnadú, acceso de la muralla medieval de la villa”, se puede leer en la placa.  

Aunque esta fue demolida, hoy en día existen otras cuatro puertas cargadas de historia y esparcidas por la capital que dan acceso a Madrid:

Puerta de Toledo

Se trata de un monumento de granito y piedra erigido para conmemorar la llegada de Fernando VII a Madrid. Levantado en el primer tercio del siglo XIX y diseñado por el arquitecto Antonio Aguado, este arco está adornado con esculturas que representan el poder de la monarquía española, así como cuenta con el emblema de la ciudad y algunos trofeos militares. Esta icónica puerta fue restaurada por el Ayuntamiento de Madrid en 1995, desde entonces se ha consolidado como un símbolo de la ciudad. 

Puerta de San Vicente

Ubicada cerca de la estación de Príncipe Pio, esta puerta fue encargada por Carlos III a Sabatini en 1775 para dar acceso al nuevo Paseo de la Florida. Ahora bien, su estructura neoclásica de tres vanos, tal y como la conocemos actualmente, no se edificó hasta 1995 después desmontar la anterior para facilitar una reorganización del tráfico de la capital. El actual monumento fue diseñado por Juan A. de las Heras a modo de réplica de la creada por Sabatini.

Puerta de Hierro

Esta joya de estilo barroco clásico fue construida durante el reinado de Fernando VI y se sitúa en la zona del Monte de El Pardo, cerca de Ciudad Universitaria. Diseñada por Francisco Moradillo, esta entrada debe su nombre a la enorme verja de hierro forjado que une sus vanos, la cual permitía el acceso a una zona restringida donde el rey Fernando VI solía cazar. Construida en granito y piedra blanca, cuenta con un frontón, un escudo real, dos esfinges y ornamentos bajorrelieves de caza. 

Puerta Real

Otra gran obra diseñada por Sabatini a órdenes del rey Carlos III, esta vez construida en 1774. Constituye uno de los ejemplos más destacados del neoclasicismo en Madrid y actualmente se puede encontrar en el Paseo del Prado. Originalmente, este monumento se erigió como la puerta principal del Real Jardín Botánico, aunque perdió esta función cuando se levantó la Puerta de Murillo. Fue realizada en piedra de granito y comparte muchos elementos con la Puerta de San Vicente, como el arco de medio punto en el centro.