Del clásico día de sobras a intercambiar platos: trucos contra el desperdicio navideño
Cada español desperdicia más de 28 euros en alimentos navideños que terminan en la basura.
En estas fiestas, la conciencia sobre el desperdicio de alimentos sigue creciendo, aunque aún se calcula que uno de cada 10 kilos de comida acaba en la basura durante la Navidad. Para reducir este impacto, expertos proponen estrategias como la creación de un "día de sobras", donde se intercambian los excedentes de comida entre amigos y familiares.
Según Too Good To Go, una aplicación que permite a los usuarios comprar alimentos a precios reducidos de restaurantes y tiendas, desperdiciar comida significa perder valiosos recursos naturales como el agua utilizada en su producción, además de un significativo derroche económico. De hecho, cada español desperdicia más de 28 euros en alimentos navideños que terminan en la basura.
De hecho, una encuesta realizada por la misma app revela que casi un 34 % de los encuestados admiten comprar más comida de la necesaria durante las fiestas. Los dulces navideños son los alimentos más desperdiciados (40 %), seguidos por la carne (32 %), el pescado y las salsas (18 %), y el pan (23 %). Además, el 34 % señala que la compra excesiva es uno de los principales motivos, mientras que el 33 % reconoce que cocina más de lo que realmente necesita.
Con estos datos, Too Good To Go ha propuesto varias medidas para reducir el desperdicio alimentario en estas fechas. Entre ellas, destacan la planificación adecuada del menú y las compras, así como la práctica del "Batch Cooking Navideño", que consiste en preparar ciertos platos con antelación para evitar las prisas de última hora. También sugieren intercambiar alimentos sobrantes con familiares y amigos y dar rienda suelta a la creatividad, transformando dulces sobrantes en bases para otros postres o incluso organizando un día dedicado a recetas con sobras.
Sin embargo, es importante recordar que el ahorro no debe comprometer la seguridad alimentaria. El profesor Antonio Valero, especialista en Bromatología y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Córdoba, advierte que uno de los mayores errores es preparar comida con más de 24 horas de antelación. Las sobras deben refrigerarse o congelarse en recipientes pequeños y etiquetados dentro de las dos horas posteriores a su preparación, y consumirse en un plazo máximo de 24 a 48 horas. Además, se recomienda recalentar las sobras solo una vez y asegurarse de que alcanzan los 75 grados en el centro del plato.
En el ámbito legislativo, la reciente aprobación de la ley contra el desperdicio alimentario en el Congreso supone un paso importante, y se espera que pronto llegue al Senado. A pesar de que un 67 % de los españoles están comprometidos a reducir su desperdicio alimentario, aún queda mucho por hacer en términos de educación y concienciación.
La OCU propone enseñar a los consumidores a planificar mejor sus compras y evitar adquisiciones impulsivas, especialmente durante las ofertas de Navidad. También sugiere familiarizarse con las diferencias entre la fecha de caducidad y la de consumo preferente para evitar confusiones.
Por su parte, numerosas empresas del sector alimentario y de distribución están colaborando activamente en la reducción del desperdicio. Un ejemplo es la campaña "La alimentación no tiene desperdicio", promovida por Aecoc, que reúne a más de 400 compañías. Iniciativas como "Act for Food", de Carrefour, ofrecen descuentos en productos de consumo inmediato y colaboran con Too Good To Go para evitar el desperdicio de miles de productos.