Cuidado: este es el lugar donde podrías toparte con el animal más venenoso y letal del mundo

Cuidado: este es el lugar donde podrías toparte con el animal más venenoso y letal del mundo

Esta especie de medusa posee cuatro grupos de veinte ojos.

Imagen de archivo del mar.Vicki Jauron

El Chironex fleckeri, también conocido como avispa de mar o medusa de caja, es una especie de medusa que se encuentra principalmente en las aguas costeras de Australia. Este pequeño animal, que mide entre diez y veinte centímetros sin contar sus tentáculos, es considerado la criatura más peligrosa y letal del mundo. Su color azul tenue y su capacidad para brillar en la oscuridad lo hacen fácilmente identificable, aunque su translucidez puede dificultar su detección en el agua.

A pesar de su reducido tamaño, la avispa de mar posee numerosos tentáculos equipados con millones de células urticantes llamadas cnidocitos, capaces de inyectar veneno. El contacto con estos tentáculos provoca un dolor extremo, ardor y calambres que pueden dificultar el movimiento en la zona afectada. El veneno se introduce directamente en el torrente sanguíneo, y dependiendo del peso de la persona y la cantidad de veneno inoculado, puede causar un paro cardíaco debido al intenso dolor. Se estima que la picadura de la avispa de mar es hasta diez veces más dolorosa que la de la carabela portuguesa.

El hábitat natural de la Chironex fleckeri incluye las aguas tropicales de Australia, así como otras áreas del océano Índico oriental y del Pacífico. También se han avistado ejemplares en Papúa Nueva Guinea, Filipinas y Vietnam, aunque su distribución exacta sigue siendo desconocida. Contrariamente a la creencia popular, esta especie de medusa posee cuatro grupos de veinte ojos, lo que le permite detectar su entorno de manera más efectiva que otras medusas comunes, que en su mayoría son ciegas. Sin embargo, no está claro si pueden seguir objetivos con la vista ni cómo procesan las imágenes.

El contacto con los tentáculos de la avispa de mar deja lesiones visibles en la piel, que se tornan rojas e hinchadas. Aproximadamente veinte minutos después del contacto, comienza el síndrome irukandji, caracterizado por un intenso dolor en todo el cuerpo, un aumento del ritmo cardíaco y de la tensión sanguínea. En la mayoría de los casos, la muerte sobreviene tras una embolia cardíaca. Además de estos síntomas, las víctimas pueden experimentar dificultad para respirar, náuseas, vómitos, hinchazón y dolor severos, latidos cardíacos lentos y necrosis del tejido cutáneo.

Algunos animales, como las tortugas de mar, son inmunes a la toxina de la avispa de mar y se alimentan de ellas sin sufrir daño alguno. En el caso de los humanos, si el veneno penetra en el sistema sanguíneo, la muerte puede ocurrir en menos de tres minutos. En caso de ser picado por una avispa de mar, la primera medida de tratamiento es arrojar vinagre sobre la zona afectada, ya que este inhibe los nematocistos, los orgánulos responsables de inocular el veneno. Es crucial dar aviso inmediato al sistema de emergencias, que en las zonas endémicas suele estar preparado para estos casos. El tratamiento tópico con vinagre reduce la peligrosidad de las lesiones por contacto.

Un estudio reciente de la revista National Geographic revela que las avispas de mar se vuelven más mortíferas con la edad. Las jóvenes, que cazan camarones, tienen veneno en solo el 5% de sus células urticantes, mientras que las adultas lo tienen en el 50%, lo que les permite cazar presas más grandes.