Con 22 años y ya en la NASA: así es Juan García, el ingeniero español que deslumbra al mundo
Este joven jienense ha sido contratado por la agencia estadounidense tras una trayectoria académica impoluta.
La vida de Juan García parece sacada del guion de una película ciencia ficción. Este linarense ha conseguido a sus 22 años el que es el sueño de millones de personas en todo el mundo: nada más y nada menos que entrar a trabajar en la NASA como ingeniero de simulación y software en el Jet Propulsion Laboratory de Pasadena (California).
A pesar de su corta edad, García lleva rompiendo registros desde pequeño. Su historia es casi un bucle compuesto por matrículas, becas, premios y vivencias únicas que se alejan de las de la mayoría de una persona de su edad.
Gracias al equipo de orientación de su instituto, el Cástulo de Linares, no tuvo que hacer 3ºESO. Esto le permitió comenzar a estudiar ingeniería aeroespacial en la Universidad Carlos III de Madrid un año antes que el resto de sus compañeros de generación. Poco le importó y ahí es cuando realmente comenzó a encadenar becas.
García estudió un curso en la Georgia Tech University de Atlanta (Estados Unidos), hizo prácticas en una empresa en Linares y presentó su tesis de final de carrera en Dubai (ayudado por Manuel Sanjurjo y Pablo Machuca y becado por el Ministerio). Gracias a sus resultados, La Caixa le apoyó para estudiar el postgrado en la holandesa Universidad de Delph, donde se especializó en ingeniería de vuelo espacial y astronáutica y volvió a ser becado para hacer prácticas en la NASA.
En esos meses en los que pudo trabajar en la compañía estadounidense García demostró que era mucho más que un novato. Enamoró a sus jefes y cuando salió una plaza su supervisor ya le dijo que tenía un buen perfil y que aplicara al puesto.
"A ese puesto se puede entrar de varias maneras. Algunos por ejemplo hacen el doctorado con la NASA, pero yo no lo tuve que hacer porque entré medio seleccionado gracias a mi supervisor", comenta el joven jienense desde Estados Unidos, que no duda en definirse como hijo de Juan Carlos García y Alicia Bonilla.
Eso sí, para quedarse con el trabajo tuvo que pasar la friolera de once entrevistas. Durante esos meses sus expectativas para trabajar en la NASA fueron variando: "Cuando hacías las prácticas creía que tenía alguna pequeña posibilidad, pero cuando las acabé y me dijeron que existía esa posibilidad de seguir ya sí pensaba que era algo más real y tenía esperanza".
"Sin embargo, durante las once entrevistas en más de una pensaba que me había salido fatal, pero mi supervisor me dijo que no, que habían ido bien, ahí ya empecé a verlo más claro. No fue como pasar de de cero a 100, se fue despejando poco a poco", resume.
García también aprovecha la oportunidad para mandar un reivindicativo mensaje defendiendo su orientación sexual: "Soy gay, es algo importante y creo que es importante porque no hay mucha visibilidad en el sector de la ciencia y de la tecnología. Es una pena que no haya más para el colectivo LGTBI porque también existimos en el campo de la ciencia y somos mentes brillantes".
Capaz de 'dar un ultimátum' a la NASA
Si entrar en la compañía norteamericana con 22 años no es un logro suficiente, García puede presumir de algo que todavía menos gente en el mundo puede decir: el hecho de casi haber presionado a la NASA para conocer el desenlace del proceso de selección de su puesto.
En las navidades del 2022 se encontraba en España y estaba dudando si matricularse en el doctorado de la NASA o esperar la resolución del puesto, así que para despejar la incógnita decidió enviarles un correo para saber si le había cogido o no. "Me sentí mal por meterles un poco de prisa, pero lo necesitaba", dice ahora.
A los pocos días y mientras estaba en el sofá, García recibió el correo que confirmaba que había sí que había sido seleccionado: "Cuando lo leí me puse contentísimo. Se lo dije a mis padres y nos fuimos a celebrarlo de cena. Fue antes de Nochebuena, así que lo pude contar a todo el mundo en navidades. Fue un regalazo".
Lejos de conformarse con su puesto, Juan, al que incluso alguna vez lo siguen confundiendo con un chico en prácticas, no duda en negar la afirmación de que ya ha cumplido el sueño de su vida a nivel laboral. "Eso es decir mucho y más con 22 años", sentencia firmemente este joven que, entre sus aficiones, está salir con sus amigos y el techno.
Explica que sí que es verdad está en "un puesto de trabajo con el que mucha gente sueña de este campo" y adelanta que por supuesto quiere seguir mucho tiempo, pero confiesa que todavía no se conoce lo suficiente como para atreverse a decir que es el trabajo de su vida. "Los astronautas se convierten en ministros, así que no sé lo que haré con 40 años y me parece muy conformista decir que con 22 años no haré otra cosa en la vida", remata.
"Simulamos misiones que queremos diseñar"
La función principal de García en su equipo del Jet Propulsion Laboratory es la de escribir un software de simulación. "Nosotros simulamos misiones que queremos diseñar cuando por ejemplo quieres manadr un robot a Marte o a la Luna", traduce en un léxico más sencillo, añadiendo que con su trabajo se puede responder muchas preguntas de forma "barata y sencilla".
Junto a él hay cientos de persona de todos países del mundo, también españoles, colaborando en la concepción de nuevas misiones y en ayudar en que prosperen: "Todos ponemos nuestro granito de arena, cuando sale una nave hay mucha gente detrás".
Además, aprovecha para quitar heroísmo y espectacularidad a su trabajo. "Nosotros no nos levantamos y vemos un lanzamiento, eso es cosa de las películas. Yo me pongo con mi ordenador, atiendo reuniones, etc", narra, destacando que lo que más le gusta es que "participa en misiones que trabajan por descubrir cosas en el universo junto a gente muy especial".
Aunque él pretenda ser humilde, la realidad es que con solo 22 años Juan Pérez es uno de los talentos españoles con más proyección mundial. Él futuro es suyo.