Compra la casa de sus sueños por 360.000 euros y puede ser engullida por el mar en menos de 10 años
La vivienda se encuentra actualmente a poco más de 7,6 metros de la playa.
David Moot por fin ha conseguido la casa de sus sueños: techo gris, paredes de piedra y una terraza trasera con vistas al Océano Atlántico. Tras casi 20 años de anhelo y 365.000 dólares (358.000 euros) invertidos, el norteamericano ha conseguido construir su vivienda en Cape Cod, en la costa del estado de Massachusetts (EEUU), donde quería vivir desde que visitó la zona en 2004.
Sin embargo, su ansiada casa podría desaparecer pronto debajo del agua, ya que se encuentra a pocos metros del borde de una pendiente arenosa, que probablemente se derrumbará debido a la erosión costera en menos de 10 años. Una situación que no preocupa a Moot, ya que piensa disfrutar de su hogar mientras pueda.
"La vida es demasiado corta y me dije: 'Veamos qué pasa'", cuenta el propietario, que hoy tiene 59 años, en una entrevista con Boston Globe. "Eventualmente caerá al océano y puede que suceda o no mientras esté vivo", añade.
Las estimaciones indican que la casa será engullida por el mar en unos ocho años. Ahora mismo,se encuentra a poco más de 7,6 metros de la playa, pero en esta zona el Atlántico avanza a una velocidad de 0,90 metros por año. Se trata de una tasa de erosión costera que está incluso por encima del promedio de alrededor de 0,60 metros registrado a lo largo de la costa este de EEUU.
Una casa con potencial
Stephen Leatherman, investigador de la Universidad Internacional de Florida que estudia la costa estadounidense e incluso ha vivido en Cape Cod. En la costa este, estima que nueve de cada diez playas están siendo tragadas por el mar a causa del cambio climático. Y la zona donde David Moot compró la casa es casualmente una de aquellas donde más se ha acelerado esa erosión, advirtió el académico.
"Esta casa puede tener buen aspecto ahora porque la playa es amplia, pero espera hasta que la playa se estreche y las olas golpeen el borde de ese acantilado justo debajo de la casa", advierte el experto en declaraciones a The Guardian.
Para el investigador, el hecho de que la casa fuera comprada por un valor muy inferior a los casi 1,2 millones de dólares (menos de 1,1 millones de euros) por los que estaba a la venta es producto de un "problema de percepción, en términos de la gente entendiendo este problema de erosión".
Pero David Moot, que actualmente aún vive en Pittsburgh, Pensilvania, y es diseñador de interiores, asegura haber contactado con expertos para crear formas de frenar el avance del mar. Entre estas técnicas están plantar césped en la playa para mantener la arena, retrasar la zona de la casa más expuesta al océano o instalar estructuras hechas de conchas, moluscos, vegetales, arena y piedra para estabilizar el terreno.
En cambio, Karen Strauss, comisionada de conservación de la naturaleza en Eastham (cerca de Cape Cod), piensa que esto no le dará mucho tiempo: "Con el aumento del nivel del mar y el aumento de la intensidad de las tormentas, estamos viendo un aumento de la erosión, que afecta enormemente a las propiedades costeras".
Moot afirma ser consciente de todo, pero todavía ve potencial en la casa para alquilarla o usarla como un centro de cuidados paliativos para pacientes terminales que quieren "una oportunidad de disfrutar de la serenidad y toda el aura de una vista panorámica del océano".