Cierre inmediato de una de las playas más concurridas de Canarias por el dragón azul
La aparición del dragón azul en varias playas españolas ha generado alarma entre turistas y residentes debido a su peligrosa picadura.
Este verano en las costas españolas se han detectado varios ejemplares de dragón azul, un pequeño pero peligroso molusco marino conocido científicamente como Glaucus atlanticus. A pesar de su diminuto tamaño y fascinante apariencia, su presencia ha obligado al cierre de varias playas debido a su potente picadura, que puede causar graves reacciones en los humanos.
El dragón azul, también conocido como mariposa de mar, es una criatura pelágica que flota en la superficie del océano gracias a una bolsa de gas en su estómago. Su hábitat natural abarca las regiones cálidas de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, pero el calentamiento global ha facilitado su llegada a las costas europeas, incluyendo las españolas.
La presencia del dragón azul en las playas españolas no es un fenómeno nuevo, pero su avistamiento ha sido más frecuente en los últimos años. El año pasado se avistaron algunos ejemplares en las playas alicantinas de La Mata (Torrevieja), La Roqueta (Guardamar del Segura) y la cala de Las Estacas (Orihuela). En agosto de 2024, varias playas de Gran Canaria, incluyendo la popular Playa del Inglés, fueron cerradas temporalmente después de que se detectaran ejemplares de este molusco. La medida fue tomada tras varios informes de bañistas que sufrieron picaduras, las cuales se describen como extremadamente dolorosas, similares a las de una medusa.
El alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, explicó que se realizaron pruebas exhaustivas en Playa del Inglés y otras playas cercanas como Maspalomas y Meloneras para asegurar que no quedaran rastros del dragón azul antes de reabrirlas al público. Afortunadamente, las playas fueron reabiertas después de confirmar que ya no había presencia de estos peligrosos moluscos.
Características y peligros del dragón azul
El Glaucus atlanticus posee un cuerpo alargado y aplanado, de un azul vibrante en su parte dorsal y plateado en la parte ventral, lo que le permite camuflarse en el océano. A pesar de su belleza, este pez es altamente peligroso debido a su capacidad para almacenar veneno en sus tejidos. Se alimenta principalmente de organismos cnidarios (medusas, pólipos, corales, anémonas e hidras), como la carabela portuguesa, cuyo veneno es extremadamente tóxico.
El dragón azul no solo es inmune al veneno de sus presas, sino que también lo concentra en las puntas de sus apéndices, utilizándolo como mecanismo de defensa. Esto significa que una picadura de este molusco puede causar síntomas severos en los humanos, incluyendo dolor intenso, vómitos, mareos, irritación, sarpullidos y ampollas dolorosas. En casos extremos, puede provocar reacciones alérgicas graves e incluso la muerte.
El calentamiento global ha jugado un papel crucial en la expansión del hábitat del dragón azul. Las temperaturas más cálidas del océano han permitido que esta especie, que normalmente habita en aguas tropicales y templadas, se desplace hacia el norte, alcanzando las costas europeas.
