La ciencia recrea el rostro de la 'vampira' de hace 400 años: enterrada con una hoz en el cuello y candado en el pie
Tenía entre 18 y 20 años cuando murió y posiblemente sufría problemas de salud mental.
La ciencia puede lograr casi cualquier cosa. Hasta ‘resucitar’ el rostro de Zozia, una mujer de hace 400 años que era acusada por sus vecinos de ser una ‘vampira’ y que estaba enterrada en un cementerio sin nombre de Pień, al norte de Polonia.
Tal y como recoge el medio de comunicación británico The Independent, Zozia vivó en una época en la que Europa estaba asolada por la guerra, lo que creó un clima de miedo en el que la creencia en monstruos sobrenaturales se expandió.
De hecho, la mujer era simplemente una de las docenas de personas que los vecinos temían que fueran ‘vampiros’. Fue enterrada con una hoz en el cuello y un candado en el pie, objetos que se creía que tenían propiedades mágicas que la protegían de los vampiros.
En ese sentido, el arqueólogo sueco Oscar Nilsson ha reconocido que lo que han hecho es “en cierto modo, realmente irónico”, ya que “estas personas que la enterraron hicieron todo lo posible para evitar que volviera de entre los muertos... y nosotros hemos hecho todo lo posible para devolverla a la vida”.
El propio Nilsson ha subrayado que su objetivo era resucitar a Zosia “como un ser humano, y no como el monstruo como el que está enterrada” y ha explicado que el análisis del cráneo de la mujer apunta a que tenía entre 18 y 20 años cuando murió.
Además, el experto también ha señalado que ese análisis del cráneo revela que Zosia padecía una enfermedad que le habría causado desmayos y fuertes dolores de cabeza, así como posibles problemas de salud mental (razones que probablemente empujaron a los vecinos a pensar que era una ‘vampira’).
La recreación de Zosia
El arqueólogo ha detallado que la recreación de la mujer se inició con la creación de una réplica impresa en 3D del cráneo. Tras ello, se construyeron capas de plastilina “músculo a músculo” para formar un rostro real.
Igualmente, Oscar Nilsson ha precisado que se ha hecho uso de la estructura ósea combinada con información sobre sexo, edad, etnia y peso aproximado para estimar la profundidad de los rasgos faciales.
“Es emocionante ver cómo un rostro resucita de entre los muertos, sobre todo cuando conoces la historia de esta niña”, ha resaltado el experto.