Canarias esconde un tesoro natural en forma de cascada de nubes que pocos conocen
Una de las imágenes más genuinas del paisaje del archipiélago es generada por el efecto Foehn.
En lo alto de las montañas de Canarias se esconde un espectáculo único: la cascada de nubes. Este fenómeno no es único de las islas, sin embargo, se ha convertido en uno de los paisajes más icónicos del archipiélago.
En el corazón de La Palma, en el municipio de El Paso, se encuentra el Centro de Visitantes del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, uno de los lugares privilegiados del archipiélago para contemplar este espectáculo natural.
A 2.420 metros sobre el nivel del mar, entre El Paso y Garafía, se genera este fenómeno gracias al choque entre los vientos alisios y las montañas de la isla, y provoca que las nubes, como una cascada, caigan ladera abajo. A este fenómeno se le conoce como efecto Foehn.
Ver la cascada de nubes no es una tarea sencilla. Es un evento aleatorio y caprichoso, comparable a presenciar las auroras boreales en Islandia, una experiencia única e irrepetible.
Para disfrutar de este fenómeno, es necesario dirigirse al Centro de Visitantes del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Allí, desde una terraza estratégicamente ubicada, se puede contemplar este espectáculo natural, siempre y cuando la meteorología lo permita.
El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente es mucho más que la cascada de nubes. Con sus ocho kilómetros de diámetro y 1,5 kilómetros de profundidad, esta hendidura en el centro de La Palma ofrece senderos que atraviesan cascadas, exuberante vegetación y secretos por descubrir.
Otros lugares de Canarias donde se puede presenciar el efecto efecto Foehn son la Caldera de Tejeda y de Tirajana, en Gran Canaria y en los montes de Anaga, en Tenerife.