Así funcionan los potentes ríos atmosféricos que traen nevadas, tormentas y temporales a España
Estas corrientes pueden transportar una cantidad de agua equivalente a la que lleva el río Amazonas.
En los últimos años, España ha experimentado fenómenos meteorológicos extremos que han captado la atención de científicos y ciudadanos por igual. Entre estos fenómenos, los ríos atmosféricos se destacan por su capacidad para traer grandes cantidades de precipitación en forma de nieve y lluvia, causando desde nevadas históricas hasta tormentas devastadoras.
Estos ríos atmosféricos, aunque menos conocidos que otros fenómenos meteorológicos, juegan un papel crucial en el clima de la península ibérica. Su estudio y comprensión son esenciales para prever y mitigar los efectos de las tormentas y temporales que afectan a diversas regiones del país.
Los ríos atmosféricos son corrientes estrechas y alargadas de vapor de agua que se desplazan a través de la atmósfera. Estas corrientes pueden transportar una cantidad de agua equivalente a la que lleva el río Amazonas, lo que las convierte en uno de los fenómenos meteorológicos más potentes y significativos. Su formación y desplazamiento están influenciados por diversos factores, incluyendo la temperatura del océano, la presión atmosférica y los vientos predominantes.
El proceso de formación de un río atmosférico comienza en las regiones tropicales, donde la evaporación del agua del océano genera grandes cantidades de vapor. Este vapor es transportado por los vientos hacia latitudes más altas, donde se concentra en bandas estrechas. Cuando estas bandas de vapor de agua encuentran una barrera montañosa o una zona de baja presión, el vapor se condensa y precipita en forma de lluvia o nieve.
En España, los ríos atmosféricos son responsables de algunos de los eventos meteorológicos más extremos. Por ejemplo, la histórica nevada de enero de 2021, conocida como la tormenta Filomena, fue en gran parte causada por un río atmosférico que transportó grandes cantidades de vapor de agua desde el Atlántico hasta la península ibérica. Este fenómeno dejó a su paso acumulaciones de nieve sin precedentes en muchas regiones, paralizando ciudades y causando importantes daños materiales.
Para entender mejor cómo funcionan estos ríos atmosféricos, es importante considerar los detalles del procedimiento de su formación y desplazamiento. Los científicos utilizan satélites y modelos meteorológicos avanzados para rastrear y predecir el comportamiento de estos ríos de vapor. Los datos obtenidos permiten identificar las áreas más susceptibles a ser afectadas y emitir alertas tempranas para minimizar los impactos.
Además, los trámites para la gestión de emergencias relacionadas con los ríos atmosféricos incluyen la coordinación entre diferentes organismos, como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y los servicios de protección civil. Estos organismos trabajan juntos para monitorear las condiciones meteorológicas y proporcionar información actualizada a la población. En caso de una alerta por río atmosférico, se activan protocolos de emergencia que incluyen la movilización de recursos y la implementación de medidas de seguridad para proteger a las comunidades afectadas.
Los datos relevantes sobre los ríos atmosféricos en España muestran que estos fenómenos pueden ocurrir en cualquier época del año, aunque son más comunes durante el otoño y el invierno. Las fechas de mayor incidencia coinciden con los periodos de mayor actividad ciclónica en el Atlántico, lo que aumenta la probabilidad de que estos ríos de vapor lleguen a la península ibérica.