Arranca el polémico plan para cobrar a las parejas por encontrar los embriones con mayor coeficiente intelectual
El uso de la genética para seleccionar embriones reabre un delicado debate ético.
Aunque la idea de mejorar las características genéticas de nuestros descendientes suene a ciencia ficción, una startup de Estados Unidos, Heliospect Genomics ha vuelto a activar el debate sobre las implicaciones éticas que pueden surgir con la práctica real de algunos procedimientos en cuanto a los tratamientos de fertilidad y reproducción asistida.
Según el diario británico The Guardian, que se hace eco de vídeos grabados con cámara oculta difundidos por la organización Hope not Hate, la empresa con sede en EEUU ya ha empezado a ofrecer a las parejas con suficientes recursos económicos que quieren tener descendencia, un servicio que permite seleccionar los embriones basándose en aspectos como el del coeficiente intelectual (CI), que prometen aumentar hasta en seis puntos el de los futuros hijos. Eso sí, después de pagar los alrededor de 50.000 dólares que cuesta poner en práctica este procedimiento y que ya habrían solicitado una decena de parejas.
Sin embargo, esta práctica -catalogada como uno de los avances más controvertidos en el campo de la fertilización in vitro- ha provocado una oleada de reacciones de expertos en ética y genética, ante el temor de que se perpetúe la desigualdad social a través de las "mejoras" genéticas que se puedan hacer en un laboratorio. "Estas prácticas normalizan la creencia de que algunas personas son genéticamente superiores", apunta la directora del Centro de Genética y la Sociedad de California, Katie Hasson, al diario británico.
Para crear el método de selección genética, Heliospect Genomics ha empleado los datos del Biobanco de Reino Unido, un repositorio genético financiado con fondos públicos en el que se recopila la información de medio millón de voluntarios y que, normalmente, se comparten para investigaciones de interés público relacionadas con la salud. A pesar de que en Reino Unido está prohibida la selección de embriones por su coeficiente, en EEUU no existen restricciones parecidas, algo de lo que la biotech se habría aprovechado para empezar a promocionar sus servicios, aunque la práctica todavía no se haya masificado.
El CEO de Heliospect Genomics, Michael Christensen, se muestra optimista respecto al futuro de la selección genética. En declaraciones recientes, el danés ha sugerido que su tecnología no solo permitirá que los padres tengan descendencia sino que, además, esos hijos serán "inteligentes, saludables y libres de enfermedades". Sin embargo, científicos y activistas han criticado tanto las palabras del ejecutivo como las técnicas que emplea la empresa (también se pueden seleccionar rasgos como la altura y sexo del bebé) porque, en realidad, se trata de una forma de "eugenesia liberal" que refuerza la idea de que las desigualdades se deben más a factores biológicos que a causas sociales o económicas.
Aunque Heliospect asegura cumplir con la legislación vigente, la controversia alrededor de sus servicios no parece que vaya a desaparecer pronto. Tampoco la que cuestiona los criterios que emplea el Biobanco de Reino Unido para conceder acceso a sus datos y que ha llevado al bioeticista de la Universidad de Stanford, Hank Greely, a pedir al gobierno que considere la aplicación de nuevas restricciones para evitar el uso comercial indebido de esta información.