Arqueólogos encuentran en este lugar de España la botella de vino más antigua del mundo
El descubrimiento en una tumba romana desvela nuevos detalles sobre los rituales funerarios de la época.
El hallazgo de la botella de vino más antigua del mundo en una tumba romana localizada en el municipio de Carmona, a unos 34 kilómetros de Sevilla, ha sido toda una sorpresa para la comunidad de arqueólogos. Lo que parecía el simple hallazgo de un envase con más de 2.000 años de antigüedad, ha terminado por revelar mucho más: en su interior, además de vino, se encontraron las cenizas de un hombre y un anillo de oro.
Este descubrimiento, que tuvo lugar hace cinco años, ya había generado gran interés al encontrarse la presencia de líquido en la botella. Los análisis posteriores confirmaron que el vino data del siglo IV, convirtiéndolo en uno de los más antiguos que se conocen. "Nos sorprendió encontrar líquido en una de las urnas", confiesa el arqueólogo municipal de Carmona, Juan Manuel Román, al diario británico Daily Express.
Pero la sorpresa no se acabó ahí. La presencia de huesos humanos en la botella desvela una curiosa práctica funeraria de la época romana. Los expertos indican que el hecho de que los restos encontrados sean de un hombre no es una casualidad, pues en la Antigua Roma el consumo de vino estaba prohibido para las mujeres, considerándose una bebida exclusivamente masculina.
Otro hallazgo en la misma tumba apoya esta tesis. Los arqueólogos encontraron una urna que contenía los restos de una mujer, pero sin rastro alguno de vino. En su lugar, la tumba albergaba tres joyas de ámbar, una botella de perfume con aroma a pachulí y pedazos de seda. Estos objetos, siguiendo las creencias de la época, se habrían colocado allí para acompañar a la difunta en su viaje hacia el más allá.
Por si esto no fuera poco, el descubrimiento también ha arrojado luz sobre los rituales de entierro en la época romana que, por lo general, se estructuraban en 5 etapas: procesión, cremación, elogio, banquete y conmemoración. Según las creencias de la época, al hacer estos ritos correctamente se evitaba que el espíritu del difunto se transformara en una presencia maliciosa.
Así, lo que empezó siendo la excavación de una tumba romana en el sur de España, se ha convertido en clave para entender no solo las prácticas funerarias de los romanos, sino también la sociedad y las estrictas diferencias de género que imperaban en esa época.