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Apuntan las causas detrás del nuevo hábito a la hora de salir que ya irrumpe en España

Apuntan las causas detrás del nuevo hábito a la hora de salir que ya irrumpe en España

Las personas nacidas en los años 80 y 90 están dejando se salir de fiesta.

Gente bailando en una discoteca.Getty Images

Salir a cenar y después ir a tomar unas copas ha sido uno de los planes más populares a lo largo de la historia. Sin embargo, esta dinámica podría estar cambiando, sobre todo en personas de cierta edad. En un análisis sobre la conducta de ocio actual, la revista Vogue concluye que "salir por la noche ya no está de moda".

En la legendaria fiesta del 60 aniversario de la edición italiana de Vogue, celebrada en un glamoroso afterparty, una modelo retratada en la portada se paseaba de un lado a otro, nerviosa y preocupada. Su dilema: "Yo tengo que dormir al menos nueve horas, ¿qué haré por la mañana?". "Lo que a primera vista puede parecer un capricho de diva esconde una necesidad generacional", escribe Paolo Armelli, autor del artículo publicado en la revista.

Las personas nacidas en los 80 o 90 solo tienen que hacer una encuesta entre sus amigos a través de Whatsapp para notar una tendencia común: la mayoría ya no está interesada en trasnochar. La actividad nocturna que antaño definía los fines de semana ha quedado relegada a un segundo plano.

Actualmente, las cenas entre amigos comienzan temprano y terminan a medianoche, e incluso antes. Las alternativas más populares son los ratos tranquilos en casa, con Netflix, una manta y una infusión. Si se deciden a salir a salir, lo más probable es que sea en la franja horaria entre las 19:00 y las 21:00 horas.

La recuperación ya no es tan rápida

Este cambio en los hábitos sociales no es un simple capricho, como algunos podrían pensar, sino una tendencia mucho más amplia. Quien haya cruzado la barrera de los 30, y más aún los 40, sabe que las resacas ya no se curan "vaso de agua con gas, un analgésico efervescente y una palmadita en la espalda", destaca Armelli. 

"Ahora duran días y cada vez hay más tipos de gastronomía exótica que ya no podemos digerir, lo que apenas deja dos o tres restaurantes en los que cenar, lejos de los recuerdos de los kebabs con que saludábamos al amanecer", añade. 

Ni si quiera los fines de semana se estila ir a una discoteca a las 04:00 horas: "En su lugar optamos por tareas mucho más apremiantes, como hacer yoga tibetano o limpiar los jardines públicos de basura y de los restos de comida. También queremos ir al mercado muy temprano, no más tarde de las 9 de la mañana, pues de lo contrario, desperdiciaremos irremediablemente el día".

Cambios sociales y económicos

Este fenómeno de preferir descansar y evitar la vida nocturna está marcado por un cambio profundo en nuestra percepción del ocio. El redactor señala que, anteriormente, un viernes o sábado noche en casa podía sentirse como una forma de fracaso, pero ahora no hay nada más placentero que el silencio de la noche y la comodidad del hogar. 

"Hoy no hay nada que nos apetezca más que, precisamente, no hacer nada: refugiarnos y holgazanear, prácticamente inmóviles, a la espera de la puntual depresión del domingo por la tarde (a mí me llega, como un reloj, entre las 17:25 y las 17:45)", reflexiona.

La transformación en los horarios de ocio no es un fenómeno exclusivo de las nuevas generaciones, sino una consecuencia de un cambio social mucho más amplio. La pandemia aceleró este fenómeno, con ciudades como Nueva York ajustando sus horarios debido a los cierres y limitaciones durante los confinamientos. 

También contribuye al cambio la situación económica. El costo de salir a cenar y luego ir a la discoteca se ha incrementado considerablemente, lo que ha llevado a muchos a optar por opciones más económicas como almuerzos ligeros o desayunos prolongados. Además, la creciente conciencia sobre la conciliación laboral y los ritmos de descanso está llevando a las personas a priorizar el sueño sobre el ocio nocturno.